Vigo ocupa un lugar destacado en el radar de la pujante industria del automóvil de Marruecos. Tanto que los fabricantes de componentes asentados en el país ven prioritario extender la autopista del mar olívica hasta Tánger para exportar con menor coste a la planta de la multinacional automovilística francesa Grupo PSA en Balaídos. El presidente de la Comisión de Industria de AMICA (Association Marocaine pour l'Industrie et le Commerce de l'Automobile, el equivalente magrebí de Anfac), Tajeddine Benni (director además de la fábrica del grupo Snop en Tánger), reconoció en un encuentro reciente con proveedores que es necesario "fomentar la creación de una línea marítima entre Tánger y Vigo para ofrecer un acceso competitivo a la planta de PSA-Vigo a los fabricantes de equipos instalados en Marruecos". El objetivo marcado por PSA es consolidar un flujo anual de compras de 1.000 millones de euros en Marruecos hacia sus plantas europeas, como ya avanzó FARO.
La construcción de una planta de PSA en Kénitra (próxima a Rabat), que estará 100% operativa en 2019, estrechará todavía más los intercambios comerciales entre Vigo y el país norteafricano, sobre todo porque ambas fábricas compartirán plataforma industrial (la CMP, Common Modular Platform), lo que implica que habrá componentes que se exporten de Galicia a Tánger (como los tubos para los circuitos de freno, por ejemplo) y viceversa. Los proveedores marroquíes (PSA ha reservado unas 40 hectáreas en Kénitra para que se asienten nuevos fabricantes de componentes) confían en sus bajos costes (el salario medio no supera los 250 euros mensuales) para arañar cuota de mercado a las compañías gallegas y portuguesas, con el único handicap de la larga distancia.
En ese sentido, el responsable de AMICA explicó que ya se han conseguido mejoras, como reducir un 75% el coste del paso de camiones a través del estrecho de Gibraltar, pero reconoció que el elemento diferenciador será establecer y consolidar una línea marítima directa entre el puerto de Tánger y Vigo. Extender la autopista del mar de Vigo-Nantes a Tánger -enlace previsto para mediados de 2017, según anunció la sociedad que explota el servicio, Suardiaz-, extremará todavía más la competencia que padecen los proveedores gallegos. PSA ya reconoció en varias ocasiones que dentro de su estrategia para abaratar los costes de producción en el Polo Ibérico (Vigo, Mangualde y Madrid) tendría que abrir sus puertas a los proveedores norteafricanos, con el objetivo de fijar un flujo anual de compras de unos 1.000 millones de euros (ver edición del pasado 14 de septiembre).
En Marruecos ya están instalados fabricantes de componentes gallegos o con una larga trayectoria en la comunidad como Viza Automoción, Hispamoldes, Denso, Inergy (Plastic Omnium), Antolín, MGI Coutier o Faurecia, y firmas 100% viguesas como Marsan e Izmar o Grupo Maviva (Alservi) estudian el salto a este mercado para ofrecer sus servicios tanto a PSA como a Renault, como avanzó FARO. La apuesta del Grupo PSA por Marruecos (y Portugal) en la búsqueda por reducir sus costes ya se notó en el proceso de adjudicación de componentes del proyecto K9, la próxima generación de vehículos comerciales ligeros (furgonetas) del grupo y Opel (GM), y podría percibirse todavía más en el reparto de referencias del proyecto V20 (un SUV urbano de la marca Peugeot cuya salida al mercado estaría prevista para principios de 2020), que acaba de comenzar.
Ventajas fiscales
En Marruecos, los costes laborales estos son hasta un 73% inferiores a los europeos, y a la vez Rabat ofrece una serie de ventajas fiscales a las empresas, como un impuesto de sociedades del 0% durante los 5 primeros años de vida de la empresa y del 8,75% durante los siguiente veinte años, la simplificación de los trámites aduaneros y libre repatriamiento de los beneficios del capital, entre otras. A mayores, el Estado garantiza la financiación a través de acuerdos con bancos locales y facilidades logísticas, y en el caso de PSA-Kénitra, también ha iniciado los trámites para la construcción de un puerto.
