El negocio de los minicruceros se presenta como una oportunidad de futuro para un sector naval que trata de reinventarse para relanzar su carga de trabajo. El astillero Barreras está a la espera de que se cierre el contrato de un barco de este tipo, lo que resultaría de especial importancia tanto por el volumen de actividad que supondría como por el hecho de poner una pica en este ansiado subsector, el que más crece dentro de la actividad constructora.

La visita del director de Pemex, empresa convertida en principal accionista del astillero vigués, trae de nuevo a la actualidad este proyecto, cuya contratación definitiva se espera desde hace algunos meses. Barreras aspira a construir uno de los barcos más sofisticados del mundo, un ejemplar que sería muy similar al "Scenic Eclipse", que se realiza en Croacia y es uno de los más llamativos diseños de su clase.

El crucero que inspira el proyecto que ambiciona Barreras está actualmente en construcción en el astillero Uljanik de Pula. Tiene 168 metros de eslora por 21,5 de manga y un coste de 250 millones de dólares. Este buque incorpora las últimas novedades en diseño y tecnología naval para la exploración de entornos extremos, como las costas ártica y antártica o los fondos marinos, y para hacerse una idea de su exclusividad, combina el lujo de sus 114 suites con medios como dos helicópteros, un submarino de siete plazas, lanchas neumáticas, equipos de buceo, kayaks... para explorar de cerca los lugares de destino y los fondos marinos. También ofrece piscinas out e indoor, spa, teatro y varios restaurantes.