El futuro de los sectores de la automoción y la aeronáutica -además de muchas otras- pasa por la transformación hacia la conocida como industria 4.0 en sus plantas de producción. Los humanos inevitablemente compartirán espacio de trabajo con compañeros de metal, con los que realizarán sus tareas codo con codo. Son los llamados robots colaborativos, o cobots, que ya emplean algunas de las firmas de la automoción en Vigo, como Faurecia o Benteler, además de PSA. Ahora, Aimen ha decidido dar un paso más al embarcarse en un proyecto europeo que dará una vuelta de tuerca -nunca mejor dicho- a esta idea. Y es que el centro tecnológico diseñará la arquitectura de control de un cobot que, como aspecto diferencial, será totalmente móvil: desde el brazo antropomórfico hasta la plataforma, que no necesitará seguir una guía a lo largo de la planta.

Con fecha de finalización en enero de 2019, el conocido como proyecto ColRobot cuenta con un presupuesto de 4,3 millones de euros cofinanciados con ayudas del programa marco H2020 de la Unión Europea. "Para nosotros es importante estratégicamente el acceso a la financiación europea. La competición es muy dura, solo el 10% consigue la subvención", explica Diego Pérez Losada, coordinador en Aimen de la iniciativa.

El cobot está siendo concebido para tener varias utilidades. Una de ellas será de "poner la fuerza". "Sostendrá piezas para la industria aerospacial, es decir, para el soporte y la automatización en el ensamblaje de satélites", indica el técnico de I+D en Robótica y Control. Además de suponer un "ahorro muy importante", Pérez explica que lo importante en este sector es que "la manipulación se haga de forma adecuada", ya que un error podría costar mucho a la compañía al tratarse de material muy delicado. "Entran en juego también los procedimientos, que tienen que ser muy garantistas", aporta el técnico. La máquina será capaz de levantar entre 10 y 12 kilos. y su radio de acción será variable, en torno a 1.20 o 1.30 metros y algo más en altura, al estar la plataforma.

Por otro lado, el robot también se encargará de preparar y entregar los kits de ensamblaje necesarios para que el operario realice el trabajo. Para ello, se desplazará por sí solo por la planta productiva, detectando y esquivando los obstáculos que tenga a su paso, hasta llegar al operario, que podrá interactuar con el cobot a través de gestos u órdenes táctiles -feedback -.

El centro tecnológico, además del diseño de la arquitectura de control, tendrá una participación decisiva al tener que integrar las tecnologías desarrolladas por los demás socios, además de programar las tareas de los robots en los escenarios de demostración contemplados.

Test y participantes

Y, ¿cómo será testado este cobot? Los destinatarios finales de este proyecto serán la firma automovilística Renault y Thales Alenia. "Lo más probable es que existan dos prototipos, uno para cada uno, muy parecidos entre sí", concreta Diego Pérez. En el primer caso todavía no está claro si se realizará en una planta de la compañía o en instalaciones de desarrollo. "Ahora se están desarrollando tecnologías, con las especificaciones de los destinatarios, para ver qué necesitan. De ahí luego se sacan los requisitos que tiene que cumplir el robot", añade el técnico.

La francesa Ecole Nationale Supérieure d'Arts et Métiers, ParishTech lidera el proyecto ColRobot. Además de Aimen, participan las también galas CITC - Contactless Technologies / EuraRFID, AKEO Plus SAS, Renault SAS y Thales Alenia Space France SAS; la Universidad de Coimbra y el INESC TEC de Portugal; Fraunhofer IFF (Alemania), Technaid S.L. (España) y la Universidad de Módena y Reggio Emilia (Italia).

Haz click para ampliar el gráfico