La automovilística alemana Volkswagen anunció ayer que reducirá su plantilla mundial en 30.000 puestos de trabajo, sin llevar a cabo despidos, hasta 2020, lo que le permitirá experimentar un efecto positivo sobre sus cuentas de 3.700 millones de euros anuales desde dicho ejercicio. Según anunció el presidente de la empresa, Herbert Diess, el consejo de administración de la compañía y el comité de empresa han firmado un acuerdo orientado a volver a situar a la marca Volkswagen en el camino de la rentabilidad.

Este programa contempla la reducción de 30.000 puestos de trabajo, de los que 23.000 empleos se centrarán en Alemania y los 7.000 restantes en Argentina y Brasil. Además, la compañía prevé contratar a 9.000 personas en nuevas áreas de trabajo. El directivo indicó que el objetivo de esta medida es mejorar la competitividad de la compañía y asegurar su futuro, de forma que creará los requisitos previos para la transformación de la empresa de un fabricante de automóviles a un proveedor de servicios de movilidad en la era de la digitalización y con el aumento de la digitalización.

"Volkswagen está dando el mayor paso hacia adelante con este pacto de futuro", aseguró, e indicó que este acuerdo contempla una significativa conversión del valor añadido, así como la construcción de nuevas competencias y de inversiones estratégicas, por un importe de 3.500 millones de euros en los próximos años en nuevas áreas de negocio.