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La industria pesquera namibia demandará al Gobierno por la mina marina de fosfato

Los abogados del sector habían dado un ultimátum hasta ayer para tener la información del proyecto -Los armadores: "Querían mantenerlo en secreto"

Sisa Namandje. // Flickr

La aprobación de la primera explotación minera de fosfato en el mar ha unido en bloque a la industria pesquera de Namibia. La patronal del sector en el país, Confederation of Namibia Fishing Associations (CNFA), prepara ya una demanda contra el Gobierno local por validar un plan que prevé remover y dragar 2.333 kilómetros cuadrados de arena en el caladero al entender que la adjudicación ha vulnerado la ley. En primer lugar, por la "opacidad" del proceso que, como publicó FARO, tardó más de cuarenta días en hacerse público. La empresa Namibian Marine Phosphate recibió el permiso el 5 de septiembre, pero el propio ministro de Pesca del país (y el resto del sector) se enteró por los medios el pasado 20 de octubre. El plazo de alegaciones era de 14 días desde la firma de la adjudicación, lo que impide ya cualquier recurso administrativo de la flota contra el llamado proyecto Sandpipe.

En segundo lugar, porque ha roto "sin garantías" -explican desde una de las empresas a este periódico- la moratoria que impuso el Gobierno de Namibia contra la minería de fosfato en 2013. Esta prohibición temporal contra la extracción de arena fosfática en el mar solo se levantaría si, en un plazo de 18 meses, un informe científico e independiente descartaba sin fisuras que las actividades de dragado eran inocuas para el ecosistema marino y el sector que depende de él. Los 18 meses pasaron y, además, tanto el informe de impacto ambiental como la resolución a través de la que se ha adjudicado la mina se han mantenido en secreto hasta hoy.

La patronal CNFA, a través de su abogado, Sisa Namandje, había dado al Ministerio de Medio Ambiente (el que autorizó el proyecto) hasta las 12:00 horas de ayer para que le entregase "toda la documentación" ya que, según el ministro del ramo, Pohamba Shifeta, sí existe un estudio ambiental que avala su decisión. De acuerdo a la información recabada por este periódico Namandje no tuvo contestación y el bufete que dirige prepara ya acciones legales para revertir el plan. Como publicó FARO este lunes, la preocupación de la industria no recala solo en la explotación del proyecto Sandpipe, sino en el "precedente" que sienta en el país. La empresa Namibian Marine Phosphate, del multimillonario omaní Mohammed Al Barwani, prevé explotar otras seis minas en el caladero, y la compañía Lev Leviev una séptima también en la zona. Allí faenan merluza, rape y rosada cerca de 40 barcos de capital gallego de empresas como Pescanova, Iberconsa, Mascato, Pereira o Marfrío.

El empleo, "en peligro"

El consejero delegado de Marco Fishing, Kurt Laufer, confirma desde Lüderitz el secretismo que ha rodeado este proyecto de cara al sector. "Me enteré el día 18 [el martes de la semana pasada], dos días antes de que saliera en los periódicos locales. Lo interesante es que la carta [que autoriza la explotación de la mina, firmada por el Ministerio de Medio Ambiente] es del 5 de septiembre y solo salió a la luz 40 días más tarde. ¿Por accidente?", se pregunta en una conversación con este periódico. "Querían mantenerlo en secreto". Marco Fishing trabaja en la misma ciudad donde tiene base la filial de Pescanova, y dispone de una factoría (Marcopol Manufacturers) y cuatro buques dedicados a la pesca de atún, merluza y otras especies pelágicas.

En su opinión, "entre 15.000 puestos de trabajo directos y 60.000 indirectos están en peligro", e incide en la "ausencia de cualquier prueba científica que explique el impacto o no impacto" de la minería de fosfato en el ecosistema marino. "Este proyecto no puede ir adelante hasta que no se hagan los estudios necesarios que permitan tomar una decisión a quien realmente le corresponda", zanja.

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