La planta de Porriño del consorcio finlandés Wärtsilä, uno de los mayores fabricantes mundiales de equipos para la construcción naval y la industria, ha logrado reducir sus costes de producción en torno a un 40% con la introducción de nuevos materiales (antifricción) y tecnologías láser, lo que le ha permitido dar el salto a otros nichos de mercado exclusivos como proveedor de grandes piezas para centrales nucleares e hidroeléctricas, según indicó ayer a FARO su máximo responsable, Jesús Fernández. Wärtsilä Ibérica, que este año facturará 23 millones de euros, espera llegar a los 26 o 27 millones en 2017 gracias a estos nuevos encargos.
Las instalaciones de Porriño recibieron ayer la visita del conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, y del director gerente del Centro Tecnológico Aimen, Jesús Lago, entidad con la que Wärtsilä Ibérica constituyó hace quince meses una de las 19 unidades mixtas de investigación que impulsa la Xunta para mejorar la competitividad de la industria gallega. Esta alianza, bautizada como Next-Bearings, ha facilitado a la planta gallega la introducción de nuevos materiales antifricción para la construcción de cojinetes y tecnologías láser (el centro ya implantó una célula láser) y la aplicación de sensores para controlar la vida útil de los productos y optimizar los tiempos de reparación.
"Esto ha permitido abrirnos a nuevos mercados y potenciales clientes", señaló Fernández, que también está al frente de la planta de Wärtsilä en China. En la actualidad, el 80% del negocio de las fábricas del grupo finlandés en Porriño y Fragosiño proviene del sector naval, pero la industria, sobre todo la hidroeléctrica y la nuclear, están empezando a ganar terreno. Según indicó Fernández, el Grupo Wärtsilä compró el pasado junio la empresa norteamericana Weir American Hydro, especializada en el suministro, instalación y servicio de grandes actualizaciones y mejoras de equipos para la industria hidroeléctrica y de distribución de agua, y ahora pretende transferir parte de este potencial a Europa. "Inglaterra ya tiene productos y nosotros estamos desarrollando un cojinete vertical para las plantas hidroeléctricas", apuntó.
Estos nuevos segmentos de mercado tendrán su efecto en la cifra de negocios de la filial ibérica de Wärtsilä, que pasará de los 23 millones de euros de este año a los 26-27 millones en 2017. "Este año hemos facturado unos 2,5 millones de euros en este segmento (la industria), pero para el próximo ya esperamos 8", explicó Fernández, que aseguró que si la actividad aumenta no descartan poner en marcha nuevas células de producción y a la postre crear nuevos empleos (la empresa tiene unos 120 trabajadores). Entre los nuevos productos destacan los cojinetes verticales y las chumaceras de empuje. En el segmento nuclear, Wärtsilä Ibérica aspira a convertirse en proveedor de OEM (Original Equipment Manufacturer, fabricantes de equipos originales) como Siemens.
La apuesta por la innovación resulta clave para la planta gallega, ya que compite no solo con otros fabricantes externos, sino con las propias plantas de Wärtsilä en Japón o China. "Esperamos continuar con este tipo de colaboraciones para fortalecer nuestra presencia aquí en Galicia y evitar la deslocalización de producto que estamos sufriendo hacia China o países como la India", afirmó Fernández. A través del I+D, apuntó, Wärtsilä ha conseguido que el coste de fabricación sea hoy el 60% del de hace años y mejorar la calidad del producto.
Conde destacó en la visita que la alianza Wärtsilä-Aimen, en la línea de la estrategia RIS3 y de la agenda para la industria 4.0, demuestra que "Galicia sigue dando pasos para mantenerse a la vanguardia de la innovación", y felicitó a la empresa por ser "referente mundial" en la fabricación de piezas para la línea de ejes de buques.
