Marruecos jugará un papel importante en los próximos lanzamientos del Grupo PSA en España y Portugal. La multinacional automovilística francesa, que ya ha comenzado la construcción de una nueva fábrica de coches y motores en Kénitra (próxima a Rabat), quiere a la vez aumentar las compras de piezas y componentes en este país para ahorrar costes en sus plantas del sur de Europa, incluida la de Vigo, según ha podido saber FARO. La apuesta de PSA y también del consorcio Renault-Nissan por este aprovisionamiento low-cost en el Magreb está acelerando la implantación de proveedores de todas las partes del mundo -incluidas firmas gallegas- en la región.
El Magreb, por su proximidad a Europa, costes (el salario medio no supera los 250 euros mensuales y el terreno es casi gratis para grandes inversiones) y ventajas fiscales, se está convirtiendo en un polo emergente para la industria del motor. En apenas unos meses, multinacionales como Asahi, Mecaplast, Furukawa, Yazaki, Indutexa y Kromberg & Schubert, entre muchas otras, han anunciado su instalación en el país o nuevas inversiones con el compromiso de crear miles de puestos de trabajo, atraídas por las dos factorías de coches del país, Renault-Tánger, ya operativa, y PSA-Kénitra, aún en construcción, y también por la posibilidad de exportar sus productos a las fábricas de automóviles europeas.
En el caso de PSA, el grupo francés ha apostado decididamente por el Magreb como zona de aprovisionamiento. Pierre Boulet, responsable de Mecaplast, fabricante especializado en moldes por inyección, declaró hace unos días al diario Les Echos que PSA "favorece ahora" a los fabricantes de equipos instalados en Marruecos para proveer a la planta de Vigo. Para animar a sus proveedores a instalarse en esta región (con el objetivo de formar un polo de fabricantes de componentes alrededor de su futuro centro de Kénitra), PSA ha tenido que "abrir las puertas" de sus plantas europeas para que tengan tiempo y amortizar sus inversiones, según fuentes magrebíes citadas por el rotativo francés. El objetivo final: crear una corriente de suministro hacia Europa de 1.000 millones de euros anuales.
En Marruecos ya están instalados fabricantes de componentes gallegos o con una larga trayectoria en la comunidad como Viza Automoción, Hispamoldes, Denso, Inergy (Plastic Omnium), Antolín, MGI Coutier o Faurecia, y firmas 100% viguesas como Marsan e Izmar o Grupo Maviva (Alservi) estudian el salto a este mercado para ofrecer sus servicios tanto a PSA como a Renault, como avanzó FARO.
Mano de obra "low-cost"
La apuesta del Grupo PSA por Marruecos (y Portugal) en la búsqueda por abaratar los costes ya se notó en el proceso de adjudicación de componentes del proyecto K9, la próxima generación de vehículos comerciales ligeros (furgonetas) del grupo y Opel, y podría percibirse todavía más en el reparto de referencias del proyecto V20 (un todocamino de la marca Peugeot cuya salida al mercado estaría prevista para principios de 2020), que acaba de comenzar. Los fabricantes de componentes instalados en la comunidad gallega tendrán que volver a hacer frente a sus competidores del norte de Portugal y magrebíes, cuya mayor baza competitiva es la mano de obra low-cost.
En Marruecos, los costes laborales estos son hasta un 73% inferiores a los europeos, y a la vez Rabat ofrece una serie de ventajas fiscales a las empresas, como un impuesto de sociedades del 0% durante los 5 primeros años de vida de la empresa y del 8,75% durante los siguiente veinte años, la simplificación de los trámites aduaneros y libre repatriamiento de los beneficios del capital, entre otras. A mayores, el Estado garantiza la financiación a través de acuerdos con bancos locales y facilidades logísticas, y en el caso de PSA-Kénitra, también ha iniciado los trámites para la construcción de un puerto.
