El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón ralentizó significativamente su ritmo de expansión durante el segundo trimestre del año, cuando registró un crecimiento anualizado del 0,2%, frente al 2% del dato revisado correspondiente a los tres primeros meses de 2016, lo que añade más presión al Banco de Japón para adoptar nuevos estímulos.