Los 87 trabajadores de Factorías Vulcano están "en un limbo". Permanecen sujetos un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal, el decimotercero de los últimos cinco años, que expira el 31 de este mes. Pero ya saben que pasarán por un decimocuarto, aunque no por cuánto tiempo. La dirección del astillero se reunió ayer con el comité de empresa para trasladarles que no han encontrado comprador para el ferri que heredó de los desaparecidos Astilleros de Sevilla y que acogió en sus gradas en junio de 2013. Entonces contaba con cerrar su venta "rápidamente". Pero tres años después mantiene el mismo mensaje: continúan las negociaciones con "varios" interesados, pero aún sin éxito. La última entrega de Vulcano fue, con la del 553 Polar Duchess, a finales de octubre de 2011.

Desde entonces la actividad que se llevó a cabo en sus gradas se limitó a las obras de remate del casco del ferri, la rampa ro-ro del Puerto vigués y una estructura para el motor GNL de un buque de Balearia, el Abel Matutes). "Su intención es la de aprobar un nuevo ERE, pero no sabemos si va a ser de seis meses, tres o uno", explicó el presidente del comité de empresa, Nicolás Sangabriel. Vulcano deberá comenzar una vez más con los trámites con la autoridad laboral competente para justificar el expediente y ponerlo en marcha. Sangabriel calcula que no tendrán la próxima reunión hasta el miércoles y, mientras, la plantilla sigue en ese "limbo" de no vislumbrar actividad. Vulcano no consigue comprador para el ferri, pero tampoco nuevos contratos que puedan garantizar su supervivencia. Optaba a la construcción de los tableros metálicos del puente de Rande, pero se quedó fuera.

En su travesía por el dique seco la compañía ha ido consumiendo los recursos que habían quedado en tesorería (más de 37 millones de euros) de la entrega de su último buque, de los que solo en las obras del ferri se han consumido casi 5 millones de euros. Mientras la plantilla empieza a agotar sus prestaciones en situación de ERE, lo que no les permite obtener remuneraciones de otras actividades. Oficialmente trabajan en Vulcano, pero sin acudir al centro ni percibir ninguna paga. Nicolás Sangabriel advierte de que esta situación "límite" para los trabajadores les obligará a "tomar medidas más drásticas", e insiste en su petición de ayuda a la Xunta de Galicia para garantizar ingresos a los empleados afectados.