Los resultados de las pruebas de estrés anunciados hoy por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) confirmaron la preocupación por la situación del histórico Monte Paschi di Siena (MPS), tercer banco de Italia.

En los test publicados hoy, que afectaban a cinco bancos italianos - Intesa San Paolo, UniCredit, Ubi, Banco Popolare y MPS - la entidad más antigua del mundo con sede en Siena fue la única por debajo de los valores mínimos exigidos entre los 51 bancos evaluados por la EBA.

El MPS mereció un -2,23 % en la calificación CET1 (ratio que mide el porcentaje de capital de calidad frente a activos de riesgo) en la hipótesis más adversa, en condiciones de grave caída de la economía en el horizonte temporal de 2018.

El banco florentino se situó por lo tanto por debajo del umbral del 4,5 % que superaron en la hipótesis más adversa considerada en la evaluación del EBA los otros cuatro bancos italianos sometidos a escrutinio.

El Banco de Italia, en una primera reacción nada más conocerse los resultados de los test de estrés, resaltó que el MPS sí superó las pruebas en la hipótesis de base y recordó que la entidad está sometida "desde noviembre de 2013 a un plan de reestructuración aprobado por la Comisión Europea".

La situación del MPS por su exposición a los créditos morosos ha sido motivo de preocupación en las últimas semanas por el peligro de que pueda perjudicar al resto del sector bancario en Italia y repercutir en el resto del continente.

El Banco Central Europeo (BCE) instó recientemente a la entidad a reducir en aproximadamente un 30 % su volumen de préstamos dudosos en 2018, que debería pasar de 46.900 millones de euros hasta 32.600 millones.

Poco antes de conocerse los resultados de las pruebas el consejo de administración del MPS aprobó una ampliación de capital de 5.000 millones de euros y la venta de 27.700 millones en créditos fallidos.

El anuncio se conoció después de que el BCE comunicara a la entidad su aval a un plan en el que intervienen entre otros JP Morgan y Mediobanca.

El plan de reducción de los créditos fallidos del MPS, que solicitó hace unos días al banco el propio BCE, prevé, en primera instancia, una titulización de la mencionada cifra de créditos morosos y, posteriormente, un aumento de capital de 5.000 millones de euros sin ayudas públicas.

El consejo de administración decidió no examinar por el contrario una propuesta alternativa firmada por el ex consejero delegado de Intesa Sanpaolo y exministro de Desarrollo Económico, Corrado Passera, y el grupo financiero suizo UBS.

Según los resultados de la EBA, el test más severo ha sido superado por Unicredit (que obtiene un ratio CET1 del 7,10 %), Ubi (8,85 %) y Banco Popolare (9,0 %), aunque todos ellos quedaron por debajo de la media europea del 9,4 %.

En el primer lugar de los cinco bancos italianos se sitúa Intesa Sanpaolo, con un CET1 del 10,21 % en la hipótesis más adversa considerada.

En su comentario sobre los test, el Banco de Italia elogió los resultados de las otras cuatro entidades italianas tras admitir el suspenso del MPS.

Estimó que a pesar de la "severidad" del ejercicio realizado "cuatro de los cinco principales bancos italianos incluidos en el análisis del EBA muestran un buen comportamiento".

BankItalia comentó que UniCredit, Intesa Sanpaolo, Banco Popolare y UBI Banca alcanzaron un ratio de capital de calidad frente activos de riesgo (CET 1) "de 3,2 puntos porcentuales frente al 3,8 por ciento de la media de la muestra".

"Incluyendo al Monte dei Paschi el impacto sería, en términos ponderados, de 4,1 puntos porcentuales", valoró el Banco de Italia.

Además, el banco central italiano destacó el plan que MPS acababa de aprobar en su consejo de administración.

"Como consecuencia de esa operación, el banco mantendrá créditos deteriorados -pero no morosos- en línea con los del sistema bancario italiano", agregó el Banco de Italia.

El ministro de Economía y Finanzas, Pier Carlo Padoan, emitió un comunicado al conocerse el plan del MPS en el que manifestó que el Gobierno de Matteo Renzi recibe "con satisfacción" lo que calificó como "operación de mercado".

Ese plan se conoce después de semanas de especulaciones sobre una intervención pública mediante ayudas directas a la banca italiana para las entidades más débiles, opción que planteaba dificultades desde el punto de vista del cumplimiento de las normas comunitarias sobre ayudas de Estado.