Nula penetración de inversiones directas, ausencia de mercado residencial de segunda mano para extranjeros, poco turismo de playa y un mercado exterior diversificado. Son las razones por las que, en opinión del servicio de estudios del BBVA, Galicia es la comunidad menos expuesta a las -todavía inciertas- consecuencias del Brexit. Pero los principales actores industriales gallegos (automóvil, textil, industria metalúrgica y pesca) han multiplicado su apuesta por el mercado británico en los últimos meses. Solo en mayo, un mes antes de que los británicos apostaran por dejar la Unión Europea, las ventas a este país se dispararon un 136%, y con el motor como lanzadera.
Las exportaciones del automóvil han experimentado un ascenso meteórico, y no solo a nivel interanual. En 2015 el importe de las ventas de vehículos procedentes de Galicia fue de 28 millones de euros entre enero y mayo, por los más de 181,6 del ejercicio en curso. Es un incremento de más del 500%. Aunque todos los expertos reconocen que los vaticinios sobre el impacto del Brexit de momento son pura cábala, sí hay efectos palpables que amenazan con dañar la industria del motor. LMC Automotive estima un descenso del 15% en las nuevas matriculaciones hasta 2018 en Reino Unido como consecuencia de la depreciación de la libra (los coches importados serán más caros), la desaceleración de la economía (menos empleo) y la pérdida de confianza por parte de los consumidores.
El mercado británico importa el 90% de los turismos, de los que el 80% se fabrican en la Unión Europea. Las ventas caerán en más de 400.000 unidades, según LMC, y Alemania será el país más perjudicado. Sus fabricantes deberán ajustar la producción en 140.000 unidades para el mismo periodo. En todo caso, los expertos descartan grandes consecuencias para el sector que, en el caso gallego, impulsa sus ventas al mercado británico a niveles nunca vistos. La cima de exportaciones del automóvil a Reino Unido se había quedado, hasta ahora, en los 73,27 millones, menos de la mitad que las cifras alcanzadas hasta mayo.
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El encarecimiento de las compras para los británicos por la depreciación de la libra esterlina tendrá impacto en el resto de bienes que exporta Galicia. Después de los coches (con PSA-Vigo como abanderada) se sitúan las prendas de vestir. La progresión de este sector en el mercado de Reino Unido ha sido constante y ha ido acompasada del crecimiento de Inditex. En 1995 las exportaciones no llegaban al millón de euros; hasta el 31 de mayo rozaron los 180 millones. La mayor amenaza para el gigante textil gallego puede ser, en el segmento de bajo coste, la cadena Primark, pero una eventual instauración de aranceles a la importación es todavía una incógnita, y lo son también sus consecuencias. Inditex fue una de las compañías que más sufrió en Bolsa los primeros días tras el referéndum que validó el Brexit.
De mano del automóvil se han disparado también las ventas de toda la industria de componentes (bienes de equipo), con un incremento del 264% en solo un año. La internacionalización del sector permite diversificar el riesgo y no sufrir en exceso por circunstancias sobrevenidas en un país (Reino Unido, en este caso) o un cliente. Y por último está el sector pesquero que, con déficit de materia prima, es exportador de elaborados. Las ventas a Reino Unido se elevaron un 20% antes de la votación a favor del Brexit, pero la ausencia de industria transformadora pesquera en las islas juega a favor de las empresas gallegas. El mercado anglosajón -sobre todo el de EE UU- es una prioridad ahora para la industria.
