La firma viguesa Industrias Proa ha desarrollado una nueva generación de pinturas para carrocería que simplifica el proceso de pintado y contribuye a reducir los costes, que ya se está probando en la planta de Mangualde del Grupo PSA, según confirmó la empresa a FARO. Con esta nueva "gama corta" de pinturas, Proa aspira a duplicar su producción para PSA en los próximos años y a mantenerse como proveedor de primer nivel (Tier1), posición habitualmente reservada a las grandes multinacionales. La compañía de la familia López-Valcárcel, que este año celebra el 75 aniversario de su creación, emplea a 80 personas entre la planta de Porriño y delegaciones y factura del orden de 14 millones de euros.

Proa comenzó el desarrollo de esta nueva generación de producto hace dos años. La empresa suministra en la actualidad el 100% de la imprimación (PRIMER) que utilizan las carrocerías de los coches de PSA en Vigo y Mangualde, pero con la nueva "gama corta" la compañía aspira a aplicar a la vez el PRIMER y el tono de color, simplificando el proceso y ahorrando tiempo y costes. "Un coche lleva varias capas de producto: preparación de chapa, cataforesis, imprimación, tono y barniz. Ahora estamos trabajando en aplicar el PRIMER y el acabado a la vez", explicó el gerente de Proa, Antonio Vázquez. "Después de cada capa hay un proceso de lijado que con este nuevo producto se ahorra", apuntó.

Los ensayos de homologación ya comenzaron en la planta de PSA en Portugal, y la compañía viguesa confía en que el grupo galo apueste por el producto, lo que llevaría a las instalaciones de Porriño a doblar su producción para el sector del automóvil, que en la actualidad representa el 25% del volumen de negocio de Proa. La firma es proveedor de imprimaciones y lacas para la automoción desde 1967, y de PSA-Vigo desde 1993, compitiendo con multinacionales de la talla de PPG o Sigma, entre otras. En la industria del automóvil, además de para PSA, Industrias Proa suministra productos a firmas de componentes como Maier Ferroplast o Reydel Automotive (antes Visteon).

Proa también está inmersa en un proyecto vinculado a la Industria 4.0, de aplicación robotizada de pintura en laboratorio para simular su aplicación en fábrica. De hecho, esta iniciativa fue seleccionada por Ceaga (Fundación Clúster de Empresas de Automoción de Galicia) para participar de forma agrupada con otras once empresas del sector en un concurso de ideas 4.0 de la Xunta en el que resultó premiada. "Este proyecto lo que nos permite es simular cualquier cambio para dar una respuesta muy rápida", señaló Vázquez. En el departamento de innovación de Proa -al que se destinan el 20% de los recursos de la compañía- trabajan 14 personas. "Es una parte muy importante de nuestro negocio", añadió.

Otro segmento de negocio que está funcionando bien para Proa es de los barnices y esmaltes para envases de hojalata y aluminio, el can coating (metalgrafía), entre cuyos clientes están marcas tan conocidas como L'Oreal y fabricantes de envases como Alonarti. La compañía también suministra productos a los fabricantes de tapones de plástico para botellas (screw-cap), tanto de bebidas alcohólicas (vino, licores, etc.) como de aceites, etc. "Esta gama de productos la lanzamos en 2012 y estamos exportando bastante a países como Chile", explicó Vázquez. De igual, Proa sigue produciendo pinturas y patentes para embarcaciones -negocio en el que tiene su origen la compañía- y para la construcción, que pese a la crisis representa el 46% de su facturación, con una fuerte implantación en el noroeste peninsular y también en Madrid. En este segmento, el gerente de Proa indicó que la intención es seguir conquistando el mercado español y exportar. El plan de negocio de la firma prevé pasar de los 14 millones en ventas actuales a 20 millones en 2020 si el mercado acompaña y cuajan los proyectos en marcha.