Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pescanova prepara un plan de prevención contra más escándalos como el de Sousa

El consejo aprobará medidas para paliar posibles riesgos penales -La plantilla del grupo se someterá a un código de conducta -La compañía lleva tres años a la espera de juicio

Pescanova prepara un plan de prevención contra más escándalos como el de Sousa

Nueva Pescanova ha puesto patas arriba la compañía que heredó de los antiguos gestores para rediseñar la plantilla y adecuar su estructura a la nueva estrategia de dirección. La marca no sufrió lo que habría sido una consecuencia lógica: un daño reputacional derivado del mayúsculo concurso de acreedores, causado presuntamente por la gestión -cuanto menos- negligente del equipo que comandaba Manuel Fernández de Sousa. El consejo de administración que preside ahora Jacobo González-Robatto no quiere pasar por lo mismo y, sobre todo, que la sombra del pasado les salpique. Para ello pondrá en marcha a lo largo de este año un "plan de prevención de riesgos penales y cumplimiento legal", según consta en las cuentas anuales.

En primera instancia Nueva Pescanova elaborará un listado con un "inventario preliminar" de riesgos penales, establecerá controles y un "plan de acción". "La empresa saldrá a Bolsa algún día y lo que le interesa es salvar la reputación. Un nuevo golpe, que siempre puede haber, sería muy negativo después de lo que ha pasado", explica un directivo financiero conocedor del proceso de reestructuración de la pesquera. La multinacional es inmensa en plantilla -a 31 de diciembre tenía 11.077 trabajadores- y a nivel geográfico, con 31 filiales y subgrupos. De Francia (el subgrupo Seabel) dependen cinco sociedades, cuatro de Ecuador (Promarisco), cinco de Honduras (Nova Honduras), tres de Mozambique (Pescamar), 27 de Namibia (Novanam y Novagroup), cuatro de Nicaragua (Camanica), siete de Sudáfrica (Novagroup) y unas últimas cuatro sociedades poteras en Argentina. A esto hay que sumar los centros de producción absorbidos por Pescanova España (Porriño, Chapela y Arteixo) y que antes eran sociedades independientes.

Lo que no hizo Robatto a su llegada, más bien lo contrario, fue castigar a los ejecutivos que habían estado a las órdenes de Sousa. Promocionó a José Fafián (industrial), Ignacio Pesquera (ventas mayoristas) y Antonio Janeiro (ventas minoristas), y tras su llegada dejaron la empresa -Deloitte se negaba a indemnizar a ningún trabajador imputado- Alfredo López, Joaquín Viña y Alfonso García Calvo. De los ejecutivos señalados por la Audiencia Nacional como supuestos copartícipes de las prácticas irregulares que llevaron a Pescanova a la quiebra, ninguno está ya en nómina del grupo. "Eso no quiere decir que no haya gente perfectamente válida, que conoce como nadie una empresa difícil como esta", apunta un exempleado.

Igualmente, y de ahí la prevención, el consejo de administración también aprobará un código de conducta "de aplicación al grupo Nueva Pescanova", con lo que abarcará tres continentes y actividades de extracción, cultivo, procesado, transformación, administración y trading. Por último también se ejecutará un plan de formación "y un modelo de supervisión y seguimiento" de los riesgos detectados. Pescanova está imputada desde hace algo más de tres años por la gestión de la antigua cúpula -la dirección cuenta con que se cierre pronto la fase de instrucción- y tiene provisiones para afrontar sus posibles consecuencias por casi 21 millones.

Compartir el artículo

stats