La decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europa (UE) reabrió ayer las tensiones en la economía británica. La libra esterlina volvió a desplomarse, y esta vez hasta 1,2998 dólares, un nivel desconocido en un tercio de siglo (desde mediados de 1985), aunque por la tarde recuperó hasta los 1,3057.

Tres fondos de las aseguradores Aviva y Standard Life y de la gestora M&G Investments que invierten en el negocio inmobiliario (uno de los sectores que se prevé que resultarán más afectados por el denominado "Brexit") suspendieron su cotización para frenar la avalancha de ventas por los inversores. Y el Banco de Inglaterra anunció la relajación de las exigencias de capital de reserva a los bancos para que puedan aumentar la concesión de créditos hasta 150.000 millones de libras (177.000 millones de euros). Los riesgos financieros derivados del "Brexit" están "empezando a cristalizar", dijo Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra.

De la avalancha vendedora no se libró la Bolsa de Londres, aunque al final cerró ligeramente al alza, con una subida del 0,35%, una vez más favorecida no sólo por compradores de ocasión sino por la depreciación de la libra, que favorece a las grandes empresas exportadoras.