La aerolínea Vueling trata de atajar su caos operativo, que se concreta en cancelaciones y retrasos en sus vuelos desde el pasado martes, con la contratación de más pilotos y aeronaves, mientras el Gobierno y la Generalitat presionan para normalizar con celeridad la situación y no descartan sanciones. Aunque ayer la situación había mejorado respecto a jornadas anteriores -cinco vuelos cancelados, cuatro de ellos con origen o destino en Barcelona, según ha podido comprobar Efe en la web de Vueling-, hoy la situación amenaza con agravarse en este aeropuerto catalán, ya que la compañía, a causa de la huelga en Francia, ha avanzado que cancelará 40 vuelos, 18 de ellos con origen o destino en Barcelona.

Tras ser convocado a una reunión con la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, y con representantes de Aena, Enaire y del aeropuerto de El Prat, el presidente de Vueling, Javier Sánchez-Prieto, reconoció ayer, en su primera intervención desde que aflorara la crisis, que la compañía ha tenido fallos dentro de su operativa que está tratando "de reparar".

Para ello, afirmó que han puesto en marcha "más recursos y más medios para que esa situación no vuelva a repetirse", al tiempo que ha pedido disculpas por los retrasos y cancelaciones. Apuntó que la situación "evidentemente" ya no es como los días anteriores y que "poco a poco se está empezando a notar la mejora", aunque matizó que "es una operación compleja y existen factores que desencadenan este tipo de circunstancias", como por ejemplo la nueva huelga para mañana de los controladores franceses.

El secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, señaló que Vueling deberá presentar hoy un plan de contingencia que Fomento examinará "a fondo", en el que deberá detallar los medios -aeronaves y tripulación-con los que cuenta para hacer frente a los meses de julio, agosto y septiembre. El representante de Fomento explicó que tanto Aviación Civil como la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) han realizado una evaluación técnica que revela una "posible falta de recursos" para atender las más de 400 operaciones diarias que debe llevar a cabo en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, que ascienden a 700 en todo el mundo.