Los casi ocho años de crisis económica provocaron un importante daño en el mercado laboral español y gallego, pero sus efectos fueron más intensos en algunos grupos de profesionales, como los autónomos. Y dentro de los afiliados por cuenta propia a la Seguridad Social los más sensibles a las turbulencias económicas son los autónomos personas físicas -aquellos que no están integrados en sociedades mercantiles, cooperativas u otras entidades societarias, no son colaboradores familiares y tampoco están registrados en algún grupo especial de trabajadores- al tener menos margen de maniobra para hacer frente a las dificultades en su actividad como consecuencia de la coyuntura económica. Una mayor debilidad que llevó a muchos a abandonar su negocio, como revelan los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Todas las comunidades perdieron autónomos personas físicas desde el inicio de la crisis, lo que provocó un balance general en España de 266.697 profesionales menos, un descenso del 12%. A cierre de marzo de 2008 había en el conjunto del Estado 2.227.979 trabajadores de este tipo y ahora superan levemente los 1.961.000.

El balance en Galicia es aún peor. La comunidad perdió un 16% de sus autónomos personas físicas en estos ocho años, al pasar de 170.254 profesionales a solo 142.991, con lo que se destruyeron al menos -algunos podían tener asalariados a su cargo- 27.263 empleos, casi 3.500 al año. Mientras, el resto de trabajadores por cuenta propia crece levemente (un 5%) en la autonomía gallega. Si al cierre del primer trimestre de 2008 sumaban 79.569, ahora hay más de 83.500, casi 4.000 más. Galicia es, de hecho, la quinta comunidad con mayor descenso empatada con Asturias (-16%), solo superada por Castilla y León (-17,8%), Navarra (-18%) y Aragón (-24%). En el lado opuesto aparecen Andalucía y Extremadura, las únicas con mermas inferiores al 5%.

El presidente de la federación nacional de trabajadores autónomos ATA en Galicia, Rafael Granados, reconoce la mayor debilidad de los profesionales personas físicas frente a los integrados en sociedades por sus menores "márgenes de maniobra" a la hora de afrontar situaciones imprevistas pues uno solo es "más débil" que si se trata "de dos o más socios". Asegura que entre 2008 y 2011 la caída en el número de autónomos en Galicia fue "tremenda", una "sangría" que se frenó en 2012 y 2013 y que se revirtió al año siguiente, con una "ligera recuperación" en 2014. Pero esa mejoría se paró el año pasado y, en el presente ejercicio, remarca Granados, la tendencia vuelve a ser "a la baja".

El portavoz de ATA-Galicia contradice las buenas noticias de los últimos meses sobre la recuperación del consumo y el mayor gasto de las familias y asegura que la actividad está "parada" y el mercado laboral "cerrado".