"España sigue siendo vulnerable. Tenemos que seguir haciendo reformas, reducir el déficit público y hacer esfuerzos para crear medio millón de puestos de trabajo al año". El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, puso el toque técnico ayer en Vigo en una visita muy marcada por el ambiente preelectoral, pero en la que quiso apelar a la cautela en un contexto de grandes anuncios económicos por parte de todos los candidatos a ocupar La Moncloa. Con una "desaceleración económica mundial", el comercio internacional al ralentí y la deuda al alza, con la consiguiente pérdida de productividad, España encara todavía muchos retos. Pero lo que ha desaparecido ya es el riesgo de sanción por parte de Bruselas por haber superado el límite de déficit pactado. "Se abrirá el procedimiento pero no habrá multa", aseguró ayer en una comida-coloquio organizada por el Círculo de Empresarios de Galicia.

"Está negociado, España fue el país que más reformas hizo de la UE para dar un vuelco a su situación", razonó. "Otra cosa -puntualizó el ministro, que estuvo acompañado por el presidente Núñez Feijóo y el conselleiro Francisco Conde- es que, ante un Gobierno dudoso, Bruselas quira dar una muestra de escarmiento". No ahondó más De Guindos en la comida, con lo que no concretó si habrá que hacer el ajuste de 8.100 millones este año -el déficit fue del 5,24%, frente al 4,2% comprometido- o si Bruselas dará más o menos margen en función del color del futuro Ejecutivo. En todo caso dio a entender que la UE será benévola si Mariano Rajoy repite mandato, tanto en compensación por las reformas ejecutadas como por su labor de parapeto frente un Gobierno con Podemos. La economía española crece, pero para el ministro se ha basado en una inercia heredada de las reformas de Rajoy.

A 24 horas de que los británicos voten a favor o en contra del brexit (su salida de la UE), Luis de Guindos expuso que este escenario es resultado de un liderazgo europeo más débil, y puso como ejemplo el avance de los populismos de derechas e izquierdas -en Alemania, Francia o Suiza-, la permanente crisis griega o la de los refugiados. "El brexit sería muy malo no solo a nivel económico", explicó, porque "alentaría a populismos de izquierdas y derechas". "Es una ruptura, y las rupturas siempre son complejas. Lo que nos interesa en Europa es tejer cada vez más lazos", dijo en un mensaje casi idéntico al de su homólogo británico, George Osborne.