El regreso al parqué de las acciones de Pescanova SA se complica. La presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez, anunció ayer que "no se va a permitir" que se levante la suspensión sobre los títulos -están congelados desde el 12 de marzo de 2013- si no dispone de unas cuentas "auditadas, planificadas y clarificadas". El regulador requiere a la llamada vieja Pescanova un "proyecto de negocio auditado" para clarificar cuál va a ser su papel en el holding Nueva Pescanova, que en noviembre de 2015 asumió la titularidad de los activos industriales de la multinacional.

Pero no tiene ese plan de negocio y lo más probable es que la compañía que preside Jacobo González-Robatto no desvele su hoja de ruta hasta después de verano, cuando quedará patente -así lo aseguran los bancos- la "necesidad" de aumentar capital. Si la vieja Pescanova quiere mantener el 20% que tiene a día de hoy en el grupo, deberá aportar el 20% del capital que quiere captar éste en la operación. Tal y como transcurren los plazos parece que no estará cotizando para entonces, lo que limitará sobremanera su músculo financiero para seguir en el accionariado e, incluso, para sobrevivir.

Pescanova SA pasó de ser una compañía industrial a una tenedora de acciones, una socia de Nueva Pescanova que no reparte dividendo (cerró 2015 con pérdidas). Este cambio societario es lo que quiere clarificar Elvira Rodríguez. "Tiene que tener un proyecto de negocio auditado, porque si no, quien va a comprar acciones no va a entender nada", zanjó desde Santander.