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Pescanova sella su periplo postconcursal en números rojos y mejora de las ventas

-Las pérdidas superaron los 6,5 millones en el segundo semestre de 2015 -El consejo valida las cuentas auditadas, que se aprobarán el 28 en junta

Ignacio González. // Marta G. Brea

Si todo transcurre como prevé la dirección, el tránsito de Pescanova por un mar de números rojos habrá durado -al menos- cinco años: 2010, 2011, 2012, 2013 y 2015 (en 2014 el beneficio ascendió a 1.649 millones por el efecto contable derivado de las quitas). La sociedad tuvo que reformular las cuentas de los ejercicios 2012, 2011 y 2010 porque habían sido alterados para obtener financiación, y no se ha despejado hasta hoy la gran duda: ¿Cuándo entró la multinacional en pérdidas de verdad? Cualquiera que sea la respuesta, la intención es que el de 2015 sea el último año con pérdidas. Según la información facilitada ayer a los accionistas y que avanzó FARO en su página web, el holding Nueva Pescanova perdió 6.537.000 euros entre junio y diciembre pese a haber elevado las ventas.

Esta cantidad dista de los 179,5 millones que se dejó en 2010, los 260,2 de 2011, otros 766,6 que perdió en 2012 y los 718,8 de 2013. Pero el resultado neto del conjunto del pasado ejercicio no ha trascendido -la compañía asegura que es información confidencial-, y los números rojos hasta junio de 2015 superaron los 25 millones. El consejo de administración analizó ayer las cuentas auditadas del grupo, que deberán ser ratificadas el día 28 por la junta general de accionistas, y del encuentro solo trascendió que los 6,5 millones de pérdidas netas del segundo semestre se aplicarán a los "resultados negativos de ejercicios anteriores". Este periodo se corresponde con prácticamente cinco meses de gestión de la llamada vieja Pescanova bajo la batuta de la comisión de vigilancia del convenio, presidida por Jacobo González-Robatto, toda vez que el exbanquero no fue designado como administrador único del grupo hasta el 26 de noviembre.

La herencia

Por eso en la empresa hacen hincapié en que las pérdidas son consecuencia del pasado, la cola de la parte negativa de una herencia que debe gestionar ahora Ignacio González, el consejero delegado que desembarcó en Chapela en febrero procedente de Campofrío. Con el anterior plan de viabilidad incumplido, como afirmó Robatto, la compañía traza ahora una hoja de ruta para reconducir el rumbo y corregir vicios pasados. En la orden del día de la asamblea -se celebrará en Chapela, aunque los nuevos estatutos contemplan la posibilidad de cambiar de ubicación- no hay mención a la presentación de un nuevo plan de viabilidad o plan estratégico, que previsiblemente se conozca tras el verano.

De momento González y el resto de su equipo se han embarcado en una compañía que no ha dejado de vender en sus peores momentos y que en 2015 registró un incremento del volumen de ventas. Pasó de las 180.000 toneladas a las 184.000, como adelantó este periódico en su edición impresa del 5 de junio, y trabaja ahora en su incursión en nuevos mercados y en productos con valor añadido que aporten un mayor margen de beneficio.

Una vez aprobadas las cuentas en asamblea, y siempre y cuando el holding facilite un plan de negocio actualizado, la vieja Pescanova podrá cursar ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la solicitud para volver a cotizar en Bolsa. Es la vía por la que apuesta para capitalizarse y, a medio plazo, recomprar participaciones del grupo pesquero a los bancos, que tienen a día de hoy la mayoría en el accionariado.

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