La moda de la innovación irrumpió durante la crisis como el nuevo concepto que interiorizar por aquellas empresas que busquen sobrevivir en un mundo globalizado, entendida como "todo cambio no solo tecnológico basado en el conocimiento no solo científico que aporte valor no solo económico", según la fundación Cotec para la innovación. Junto con la necesidad de exportar, la de innovar se coló en los decálogos económicos y en los discursos de los políticos, pero llevarla a la práctica todavía cuesta mucho en España, y más en Galicia. La comunidad se encuentra en la parte baja de la mitad de la tabla del ranking por comunidades en gasto en I+D, con un 0,87% de su Producto Interior Bruto (PIB) a precios de mercado, según el último informe Innovación en España de la fundación Cotec, presentado recientemente. Esta cifra sitúa a la autonomía en el número once de la tabla que a finales de 2014 lideraban País Vasco (2,03% del PIB), Navarra (1,75%) o Madrid, una clasificación que arroja una media de gasto en España del 1,23% del PIB.

La buena noticia es que, a pesar de la crisis, Galicia es una de las cinco comunidades que incrementó esa inversión respecto a 2013 (una centésima; del 0,86% del PIB al 0,87%). De hecho, es la tercera autonomía que más lo hizo, por detrás de La Rioja, que avanzó algo más de una décima (del 0,79% del PIB al 0,91%) aunque su gasto está en niveles muy similares a los gallegos, y Murcia, que lo incrementó en dos centésimas pero tiene una inversión inferior a la de la comunidad (0,86% de su riqueza). Las otras dos son Aragón y Comunidad Valenciana, ambas con promedios superiores al gallego. La inversión que empresas, administraciones públicas e instituciones públicas y privadas desarrollaron en Galicia descendió sin embargo un 16,3% respecto a la registrada en 2008, cuando los niveles de gasto alcanzaron su máximo en España, el 1,35% del PIB, un 8,8% más que el de 2014. El promedio gallego fue antes del estallido de la crisis de un 1,04%. Solo País Vasco incrementó el peso de su inversión en I+D en el PIB en ese periodo, mientras Murcia y Andalucía la mantuvieron estable y Comunidad Valenciana la redujo, aunque sólo dos centésimas.

El gasto gallego en innovación no solo está por debajo del de la media de España, sino que es menos de la mitad del que realizan de media los 28 países de la Unión Europea. El promedio en este caso es de 1,94% del PIB, el doble que la comunidad. Y el del club de los países ricos (OCDE) triplica el dato de la comunidad (2,83%). El podio mundial de esfuerzo en I+D lo forman Corea, que supera el 4% del PIB y no ha dejado de incrementar su gasto en la crisis; Japón, que con altibajos en los últimos años ronda el 3,5%, y Alemania, que lo ha reducido pero supera el 2,5% del PIB. La fundación Cotec advierte de que para lograr cifras de esfuerzo en I+D homologables a los de estos países es necesario contar con un tejido productivo innovador y destaca de hecho que las autonomías que más apuestan son las que cuentan con una mayor presencia de la industria y no tanto de los servicios, que precisan de menos I+D para salir adelante. La mayor dedicación en innovación también se da donde el sector privado asume un mayor peso en esa inversión. Las instituciones privadas españolas ejecutan el 53,1% del gasto en estas actividades, dos puntos menos que antes de la crisis. El descenso no ha sido tan fuerte en Galicia, donde el sector privado asume el 47,6% de esa inversión, cinco centésimas menos que en 2008 (48,1%) pero casi dos puntos más que en 2013 (45,9%).

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Las comparaciones con las comunidades líderes en innovación evidencian las abismales diferencias dentro de España. En el País Vasco, por ejemplo, el sector privado asume el 75% de ese gasto -en 2008 era el 81%- y un 69% en Navarra. La comunidad con menos aportación privada es Baleares (14%, frente al 21% de hace ocho años), seguida de Canarias (18,6%). Es lógico entonces que las comunidades más innovadoras sean también las que tienen más investigadores pagados por el sector privado.

En Euskadi son el 65% de todo el personal destinado a actividades de I+D, mientras que las comunidades que le siguen en el ranking (Navarra, Madrid y Castilla-La Mancha) superan el 40%, en línea con el promedio estatal (36,7%).

Galicia ocupa en este caso el puesto nueve de la tabla española pero su progresión es positiva; si en 2008 el peso de los investigadores del sector privado no alcanzaba el 30%, en 2013 había alcanzado esa meta y un año después estaba más cerca del 35%.