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Los retos de la industria pesquera

Galicia ya importa por más de 2.000 millones al año por la falta de flota

Las compras crecen más que las ventas, un 17,5%, al proliferar los productos a granel, y el déficit comercial roza un tope de 342 millones -La industria no exprime la cadena de valor

Hugo Barreiro

Galicia concentra en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa la mayor industria pesquera de España y la eurozona, con la inalcanzable Noruega al frente en el conjunto de la UE. La flota gallega representa casi la mitad en cantidad de barcos y el 42% en capacidad (arqueo bruto o GT) del total de España, aunque en los últimos diez años la cifra de pesqueros abanderados en todo el país se ha reducido en más de un 31%, al pasar de los 13.706 barcos de 2005 a los 9.409 del año pasado. En paralelo, y para abastecer la industria, las importaciones de pescado con destino a la comunidad se dispararon en el mismo porcentaje, un 32%, y en los mismos diez años. A cierre de 2015 las compras de producto en el exterior superaron los 2.048 millones de euros, un récord histórico, que supera en un 17,5% los datos de 2014 y en otro 15,5% el anterior tope anual, alcanzado en 2012.

La industria incluye por definición un proceso de transformación que convierte una commodity en un producto con mayor valor con el que las empresas obtienen rentabilidad. Pero la proliferación de traders (intermediarias), la imposibilidad de ganar cuotas, la mayor relevancia de las empresas mixtas, el consumo interno y, sobre todo, la escasa dotación de valor añadido del pescado en las fábricas gallegas han elevado el déficit comercial en la pesca hasta rozar los 342 millones de euros. Esto es, la diferencia entre el valor del pescado comprado en el exterior fue mucho más elevado que el que se vendió al extranjero. Y hay dos factores que bloquean la reducción del déficit comercial, que en solo un año aumentó un 33%, y otro 121% respecto a 2012 (ejercicio en que las importaciones alcanzaron los 1.772 millones, la cifra más alta registrada hasta el pasado diciembre).

Las trabas

En primer lugar está la recuperación del mercado interno, ligado a la gran dependencia de las principales empresas a los distribuidores del mercado nacional. Más del 40% de las ventas de Pescanova se efectúan en España; operadores como Profand y Mascato son principalmente interproveedores de Mercadona; Fandicosta obtiene en nuestro país el 68% de su facturación... Solo la apertura de nuevos mercados facilita que crezca el negocio en un entorno muy competitivo. Por eso, y en segundo lugar, está la carencia de un proceso de elaborado que prime más la dotación de valor añadido que la cantidad de producto comercializado y que ayude a reducir el déficit comercial. Aunque una compañía facture más, si tiene que elevar el gasto en materia prima pero no rentabiliza la cadena de producción, puede incluso ganar menos dinero, ser menos rentable.

El año pasado, y como avanzó FARO, las ocho grandes competidoras de Pescanova en Vigo y O Morrazo facturaron más de 1.200 millones de euros. Si se suman los ingresos de la multinacional de Chapela las ventas totales alcanzan al menos los 2.200 millones, por encima de la facturación de Nomad Holdings (domiciliada en Islas Vírgenes Británicas, es dueña de Iglo y del negocio europeo de Findus). Pese a este hito las exportaciones de la industria pesquera gallega subieron un 14,8% en el último año, por debajo del auge de las importaciones en valor comercial. De nuevo está el tirón de la demanda interna y la proliferación del pescado a granel, solo congelado, todavía lejos de las nuevas tendencias de mercado que reclaman productos precocinados y -al menos visualmente- más saludables.

En lo que sí ha mejorado la flota española -la gran industria tiene una integración vertical y también es extractiva- es en competitividad, ya que elevó sus capturas totales mundiales un 12% pese a haber perdido un 2,4% de los barcos entre 2014 y 2013 (últimos datos disponibles). Pero se debió a la asunción de cuotas por parte de otros buques, no por una renovación de la flota, como sí sucedió en Noruega. Allí, con los mismos 6.300 buques (un 33% más que España) elevaron las capturas un 10,7% en el mismo periodo.

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