Hijos de Carlos Albo "no tiene conflictos laborales desde el año 2013" y no cuenta con ejecutar "ningún programa de ajuste de personal" entre los 250 trabajadores que tiene en todas su fábricas (150 en Vigo). El nuevo dueño de la conservera, el grupo chino Shanghai Kaichuang, apuesta así por mantener toda la estructura laboral, logística e industrial para "retener" a la clientela y aprovechar su know-how, según un informe remitido a los inversores a través de la Bolsa de Shanghái. También se quedará con la estructura directiva -"el equipo de gestión seguirá siendo responsable de las áreas correspondientes- a fin de que ningún cambio afecte a las actividades de producción. La firma asiática prevé, con la ejecución de medidas financieras y comerciales, que Albo supere los 100 millones de facturación en 2019, un 19% más que a cierre de 2015 (86,6 millones) y otro 22,3% más que en 2014 (84,4 millones).
La subida en los gastos de explotación será más atenuada, del 14%, ya que el holding chino pretende actuar como una especie de proveedor directo para las plantas de Albo en España (Vigo, Celeiro y Tapia de Casariego). "China tiene la mayor flota pelágica del mundo", explican los directivos de Shanghai Kaichuan, y la posición privilegiada del nuevo dueño de la conservera le permitirá "conseguir una integración vertical del mar a tierra" y "construir una cadena industrial completa". En cuanto se integren ambas sociedades el grupo chino "podrá vender el atún de aleta amarilla (yellowfish tuna) directamente a Albo" para reducir los costes derivados del uso de intermediarios, minorar el riesgo de las fluctuaciones de precios y, finalmente, elevar el beneficio de la conservera. El gasto anual de la empresa en materias primas ronda los 38 millones al año. El resultado neto de Hijos de Carlos Albo fue de 4,17 millones en 2015, pero si se cumple este plan estratégico aumentará casi un 44%, hasta los 6,02 millones en 2019.
Para abastecer sobre todo al mercado interno -el consumo de atún en China está en aumento-, y como avanzó FARO, Shanghai Kaichuang construirá una macroplanta de procesado de túnidos en Zhoushan que comercializará productos con la marca Albo. La idea, "aprovechar la influencia de la marca en España y Europa" para insertarla en un "país lejano". En todos los informes el holding se refiere a la conservera como la "columna vertebral" del proyecto, por eso recuerda de nuevo -el informe tiene fecha de ayer- que los gestores de la futura factoría acudirán a Vigo para aprender la "gestión técnica" de los actuales directivos a fin de recibir "orientación para mejorar" la fase productiva.
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Shanghai Kaichuang reconoce que la compra de Albo resulta "estratégica" como "palanca" de entrada del grupo en el mercado de la Unión Europea, y coloca a Calvo como primer rival en España. En Shanghái valoran el "compromiso" por la calidad y destacan que el concepto original del negocio no ha variado desde su fundación, en 1869, con la utilización de las mejores materias primas y "estrictos" controles sanitarios. Con la diversificación de mercados, la inyección de capital circulante por hasta 36 millones y el abaratamiento de la materia prima, la firma asiática quieren competir a nivel mundial con rango de gigante.
La histórica marca, valorada en 11,7 millones
- Una de las cuestiones que detalla Shanghai Kaichuang a los inversores es por qué ha pagado casi 61 millones por la compañía viguesa. La cantidad equivale al valor total otorgado a Albo, de 58,394 millones de euros, con una prima adicional de más de tres millones. El activo (intangible, este caso) de mayor valor es la marca, que recibió un valor de tasación de 11,7 millones de euros. Con la adquisición de la conservera los inversores chinos se hacen también con la participación de Albo en Aucosa Eólica, Facore, Aquarium, Aucosa, Ciudad de la Pesca de Vigo SL y acciones del Santander valoradas en 35.445 euros. Hical Vigo, la inmobiliaria que promovieron los dueños de la conservera, será recomprada por éstos por su valor de tasación. Además, el documento desvela que Albo ingresó 1,731 millones de euros del seguro por el incendio de la nave de la antigua Freiremar en Vigo, que calcinó parte de sus instalaciones hace un año.
