Con una capacidad de producción al alza y una mayor demanda en todos los canales de distribución, el sector exterior es la oportunidad que tiene la industria pesquera gallega para crecer al margen de la demanda interna española. Y, con ventas en el extranjero por más de 153 millones de euros solo en el mes de marzo, las empresas asentadas principalmente en Vigo y su área están exprimiendo sus potencialidades en un contexto hostil: enorme competencia y comercio mundial anémico. Esta industria transformadora manufacturera elevó su facturación internacional un 14% en este mismo mes, cinco veces más del avance del conjunto de las exportaciones de Galicia (+2,8%) y por encima del alza del textil (+11,1%) y la automoción (+5,7%), según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio. Los ingresos del exterior superan el techo alcanzado en marzo de 2011, de 152,6 millones, y auguran otro récord anual como el alcanzado en 2015 de 1.706 millones de euros.
Si se compara solo el último registro disponible con marzo de 2010 o el año 2000 resulta un crecimiento del 29 y el 80%, respectivamente. A nivel trimestral -la suma de los tres primeros meses del año- el dato de 2016 es bueno pero no el mejor de la serie histórica. Las exportaciones de productos pesqueros alcanzaron un valor de 379 millones de euros, un 7,2% más que el año pasado pero por debajo de los 380 millones de 2011 o los 386,7 de 2012. La razón aparece marcada en el mapa en la calle José Fernández López de Chapela, la sede del grupo Pescanova. La colocación masiva de stock para obtener liquidez (en 2012) y el concurso de acreedores de 2013 explican por qué la pesca alcanzó valores tan elevados hace cuatro años y por qué los perdió después. Solo entre marzo de 2012 y el mismo mes del ejercicio posterior, cuando Pescanova pidió el amparo de la Ley Concursal, el comercio exterior de la industria pesquera cayó un 19,7% interanual.
El efecto Pescanova
Haz click para ampliar el gráfico
Las dificultades que posteriormente puso la banca para las líneas de factoring o los créditos documentarios tras el derrumbe de la multinacional, sumada a la propia crisis de ésta, provocaron una recuperación más lenta de las exportaciones de la industria pesquera. La incorporación de empresas al mercado exterior y el fortalecimiento de firmas como Iberconsa, Pereira, Pescapuerta o Fandicosta (Profand o Mascato, siendo actores de gran peso, están más dirigidas al mercado interno por su condición de interproveedoras de Mercadona) suplieron el papel que tradicionalmente había asumido en solitario el gigante de Chapela. Este año en el primer trimestre se ha exportado un 3% más que en 2013 y un 11% más que en 2014.
Las importaciones continúan al alza (un 4,8% más) por la dependencia de materia prima al estar estancado el volumen de capturas de la flota estatal en el millón de toneladas al año. Eso sí, se ha notado significativamente el impacto de la crisis que el fenómeno de El Niño en los cefalópodos, vitales en las líneas de producción de la industria. Las compras procedentes de Malvinas cayeron un 90%, que se suplieron con importaciones de Estados Unidos (California), Marruecos, India o Vietnam.
