La transacción entre los propietarios de Hijos de Carlos Albo y Shanghai Kaichuang se cerró por casi 61 millones de euros tras el visto bueno de los herederos de la familia Albo, que ya validaron en junta de accionistas la operación. La auditora KPMG y el despacho de abogados Cuatrecasas fueron los asesores por parte de la parte vendedora, mientras que BDO (su marca en China), Albino Morán y el despacho madrileño Araoz y Rueda representaron a los compradores.

El escenario de concentración del sector conservero de Galicia está en su punto álgido, dado el incremento de la demanda de productos de proteína marina y la frágil estructura financiera de muchas de ellas. A esto hay que sumar el problema del relevo generacional, que también va a precipitar nuevas operaciones similares a la de Portobello e Iberconsa en la industria pesquera.