Los más de cincuenta años de experiencia del presidente de Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard), Jesús Freire Pichín, amainaron ayer la lluvia de halagos -que no la meteorológica- sobre la recuperación del sector naval vigués en la ceremonia de botadura del oceanográfico con capacidad polar BAP Carrasco para la Armada de Perú. Un acto al más alto nivel institucional en el que el veterano empresario asintió que el naval avista un "horizonte de esperanzas" pero que no permite "cantar victoria". "Aquí el sector pesquero no contrata pese a su potencia, siguen utilizando barcos con treinta años de antigüedad", destacó Freire, un escenario que contrasta con la demanda de nuevos buques en Holanda -en arrastreros congeladores- o la profunda renovación de la flota atunera vasca, que nutrió a sus astilleros de carga de trabajo. Y en este escenario el astillero vigués de mayor actividad demandó políticas institucionales para llevar a gradas nuevos barcos de pesca que ayuden a que el naval "termine de arrancar".

El presidente del astillero -que leyó un reportaje de FARO durante su discurso- no tiró de complacencia pese al imponente barco que estaba a punto de entregar: "Estamos en una nebulosa" tras la crisis del tax lease (batalla que se ganó a Europa gracias al recurso de Pymar), la depreciación y apreciación del dólar y el efecto negativo de la caída del crudo para la actividad offshore. Pero Freire Pichín, la tercera generación familiar al frente del astillero, además de ofrecerse para la construcción de competitivos buques de pesca, se entrega al trabajo porque, dijo, "no sabemos hacer otra cosa". Freire fue, con el Playa Pesmar Dos y en 2005, el último astillero vigués en construir un arrastrero. "Queremos barcos y con honra", culminó.

La ceremonia contó con las máximas autoridades institucionales y militares, entre la que destacó la inusual presencia de un presidente nacional en la botadura de un buque. El máximo mandatario peruano, Ollanta Humala, acudió comandando una amplia delegaciónde su país, con presencia del ministro de Defensa, Jakke Valakiv Álvarez y la de Relaciones Exteriores, Ana María Sánchez. Y, bajo la misma carpa, los representantes de mayor rango de las armadas de España (Jaime Muñoz-Delgado), Perú (Edmundo Deville del Campo) y el de Indonesia (el contralmirante Leonardi). El buque escuela para este país, resguardado de la lluvia ayer en la grada contigua al BAP Carrasco, vivirá su puesta de largo a mediados de 2017.

El oceanográfico, presupuestado en 79,2 millones de euros, tiene 99,7 metros de eslora, 18 de manga y desarrollará una velocidad máxima de 15 nudos. Podrá operar 50 días de forma autónoma con 24 tripulantes y capacidad para albergar a 28 científicos. La "imponente" embarcación, como la ha calificado la propia Marina de Guerra peruana, realizará investigaciones y actuará como soporte de la Estación Científica Machu Picchu en la Antártida. Un desafío flotante que Construcciones Navales Paulino Freire anotará en su historial y que, en el caso de buques oceanográficos, escribió su primer capítulo hace doce años con la construcción del Sarmiento de Gamboa.

"Tenemos obligaciones y compromisos con la base de la Antártida", recordó Humala. El nombre del buque se debe a Eduardo Carrasco y Toro, un científico en la primera mitad del siglo XIX que llegó a ocupar el cargo de Cosmógrafo Mayor del Virreinato del Perú. "El buque recorrerá todos los mares, necesitamos estudiar el mar para mejorar las relaciones del hombre con él", expuso el mandatario, que recordó el impacto mundial del fenómeno El Niño que, entre otras consecuencias ha provocado una escasez global de cefalópodos.

La ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, aprovechó la ceremonia para destacar las "inmejorables" relaciones bilaterales entre España y Perú, y recordó la presencia de firmas españolas en obras como la del metro de Lima (de más de 5.000 millones de dólares) o la refinería de Talara (más de 3.500). "Perú es una prioridad para España", y agradeció la "confianza" depositada en el astillero vigués y "en nombre de España" al Gobierno que preside Humala.El presidente peruano recogió la mano tendida de la ministra para, tras destacar el trabajo "de prestigio" de Freire, ofrecerse como un socio "fiable" de cara al exterior.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó su intervención para poner en valor el sector naval, que "hace tres años generaba llantos fúnebres", y destacó que el encargo del BAP Carrasco fue clave tras la crisis del tax lease. El alcalde vigués, Abel Caballero, felicitó al astillero por su buen hacer con la "máxima tecnología", y agradeció a Ollanta Humala que el BAP Carrasco vaya a llevar un "pedazo del alma de Vigo por todos los océanos".