El Gobierno alemán alertó ayer de que 17 fabricantes de vehículos a los que ha investigado podrían estar desconectando de manera irregular los dispositivos de control de emisiones de algunos de sus modelos, contaminando así en realidad más de lo permitido.

El ministro de Transporte alemán, Alexander Dobrindt, realizó esta advertencia al presentar los resultados de una investigación encomendada por Berlín a su Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) a raíz del escándalo Volkswagen el pasado septiembre.

Del análisis de 53 modelos diesel se desprende que "ninguno" cuenta con un dispositivo que truque las emisiones como el que montó Volkswagen en millones de unidades, pero han saltado las alarmas por este nuevo asunto. Las marcas y modelos alemanes afectados son Audi (A6), Porsche (Macan), Volkswagen (Amarok, Crafter), Opel (Insignia, Zafira) y Mercedes (V250 bluetec).

El ministro explicó que ya se ha acordado con estos cinco fabricantes una revisión "voluntaria", que tendrá lugar a lo largo de este año, de los de 630.000 vehículos sospechosos "de toda Europa".

Los modelos de fabricantes no alemanes son Alfa Romeo (Giulietta), Chevrolet (Cruze), Dacia (Sandero), Fiat (Ducato), Ford (C-Max), Hyundai (ix35, i20), Jaguar (XE), Jeep (Cherokee), Land Rover (Range Rover), Nissan (Navara), Renault (Kadjar) y Suzuki (Vitara).

El Gobierno alemán, añadió Dobrindt, no puede exigir a estas casas extranjeras que revisen sus vehículos porque tienen su sede central fuera de Alemania. No obstante, va a pedir explicaciones a todos los fabricantes implicados, y está ya en comunicación con sus respectivos gobiernos para aclarar este asunto, indicó el ministro de Transporte.

Las dudas del Ejecutivo alemán se centran en el sistema de limpieza de emisiones, un dispositivo más allá de los filtros que los vehículos deben tener siempre activo y que las leyes comunitarias permiten desconectar excepcionalmente para proteger el motor.

El informe de la KBA argumenta que la horquilla de temperaturas en las que estos sistemas se desconectan en los modelos citados es demasiado amplia, algo que no parece estar justificado técnicamente.

Con el sistema activado, los modelos analizados cumplían los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), pero al alcanzarse ciertas temperaturas y desactivarse los dispositivos de limpieza los vehículos sospechosos superaban con creces esos límites.

Por otra parte, el escándalo de intentar falsificar las emisiones contaminantes de Volkswagen, conocido como Dieselgate, sacudió las cuentas de 2015 del grupo. El consorcio automovilístico alemán cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas netas atribuidas de 1.582 millones de euros, máximo histórico, en comparación con las ganancias de 10.847 millones de euros contabilizadas en el año anterior.