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Los problemas económicos de la patronal gallega

La banca condiciona su apoyo a la CEG a la aprobación de sus cuentas y un plan de ajuste

Las entidades condicionan su apoyo a la aprobación de cuentas y de un plan de ajuste -Existe equilibrio patrimonial gracias a la valoración de la sede, tasada antes de la crisis

La banca condiciona su apoyo a la CEG a la aprobación de sus cuentas y un plan de ajuste

El presidente de la patronal gallega, Antonio Dieter Moure, tiene sobre la mesa un presupuesto para 2016 y 2017 que solo podrá ejecutar si cinco entidades financieras atienden a la petición que se les trasladó ayer desde la institución y que pasa por una inyección de liquidez para evitar el concurso de acreedores. Un pool bancario "dispuesto a colaborar" -aunque contrariado por haber celebrado un encuentro colectivo y no entidad por entidad- pero que necesita algo más que estimaciones contables para auxiliar a una CEG (Confederación de Empresarios de Galicia) que debe un millón de euros y tiene una doble hipoteca sobre su sede. La patronal necesita 1,5 millones de euros este año, pero antes de junio apremia disponer de dinero en caja. Hasta la última semana de mayo tiene cash, pero ahí se acaba.

El patrón de la CEG es optimista. "Estamos convencidos de la viabilidad de la CEG y ello se muestra, claramente, en los borradores de los presupuestos de los ejercicios 2016 y 2017", declaró ayer tras el encuentro con responsables del BBVA, Santander, Abanca, Banco Popular y Sabadell. La reunión fue "positiva", explicaron fuentes empresariales a FARO, si bien las entidades han puesto sobre la mesa sus requisitos para aprobar una operación que pasa por hipotecar la sede por tercera vez. La CEG debe aprobar las cuentas de 2014 y 2015, para empezar, y ejecutar un plan de viabilidad y reestructuración de forma inmediata. A favor de la confederación está una buena situación patrimonial -sobre todo por la valoración del edificio central de Santiago, de unos 3,5 millones- y la unidad exhibida ayer (de los líderes provinciales solo se ausentó el de Ourense).

Pero el viento sopla sobre todo en contra. Adeuda una letra de la hipoteca (80.000 euros), cuatro meses a las ocho plataformas Pexga (320.000 euros) y las facturas impagadas han engordado hasta casi los 200.000 euros. A ello se suma el expediente de incumplimiento parcial del convenio Pexga con el Igape, que reclama casi 649.000 euros. Para ejecutar los cinco despidos iniciales prevé un gasto en indemnizaciones de otros 100.000, y Dieter ha avanzado que se hará "todo el esfuerzo posible para que los ajustes [en personal] sean los absolutamente imprescindibles". El reloj de arena con el que cuenta la CEG es de grano fino y el tiempo apremia: si no hay financiación bancaria no hay vía de escape al concurso, pero para que la haya se deben aprobar las cuentas primero ante una asamblea que nunca se ha ensamblado tras la fractura en dos demostrada en las elecciones de febrero.

Para rebajar la tensión -y de paso la cuantía que reclama el Igape con apremio- Dieter Moure se reunirá el miércoles con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Esta vez el ourensano acudirá solo -algunos empresarios sostienen que no han querido mostrar la misma unidad ante Feijóo que con los bancos- y planteará no solo una reducción de los casi 649.000 euros a devolver, sino la mejora del Pexga del año que viene y el adelanto de la subvención de 600.000 euros que recibe la CEG cada año en concepto de reparto de la ley de participación institucional. Moure convocará mañana a la plana mayor de la ejecutiva para plantear no solo las medidas de ajuste, sino la controvertida convocatoria de la asamblea general.

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