Cinco entidades financieras escucharán mañana la plegaria de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) para lograr liquidez "a muy corto plazo" y aliviar la soga que le corta la respiración. La patronal exhibirá una "unidad" que es una impostura para algunos, que reconocen no obstante que las entidades financieras son las únicas que pueden salvar el enorme escollo que se ha encontrado Antonio Dieter Moure en apenas dos meses de mandato. Ayer mismo la dirección de la CEG reconoció en Madrid -en la asamblea general de la CEOE- que, sin financiación bancaria, habrá que solicitar el concurso voluntario. "Es muy complicado evitarlo", admiten fuentes empresariales.
Los bancos que entran en la ronda son los que ya concedieron las dos hipotecas sobre la sede (BBVA, Santander, Abanca, Banco Pastor) y el Sabadell, que ya anuló una póliza de 400.000 euros cuando la CEG ingresó los 600.000 de la Xunta en virtud de la ley de participación institucional. La vía de entrada de liquidez que ansía la patronal gallega tiene tres posibles bocas de entrada. En primer lugar está la renegociación de la hipoteca sobre la sede de Santiago, que cuesta 80.000 euros al trimestre y de la que ya se debe una letra (la de enero, febrero y marzo). Dieter Moure pretende aliviar el plan de pagos -quedan unos 300.000 euros para saldar la hipoteca- para no estrangular las cuentas y no caer en causa de concurso necesario con unas entidades que pueden ejecutar el pasivo y quedarse con el edificio.
En segundo lugar está, y con los mismos cuatro bancos, la petición de una tercera hipoteca por hasta 1,5 millones de euros, como avanzó FARO la semana pasada. Las dos anteriores fueron de 1,8 millones de euros, por lo que la confederación afronta vencimientos hasta diciembre de 382.653 euros. Y, por último, y como medida de urgencia, una póliza -de ahí que acudan al Sabadell- para atender los pagos más urgentes. Las ocho plataformas Pexga no han cobrado en lo que va de año, apenas hay caja para atender el pago de las nóminas de abril (los gastos mensuales de la CEG ascienden a 200.000 euros) y los proveedores reclaman 150.000 euros por facturas atrasadas.
El problema es que, por mucho que Moure no acuda solo a esta tournée, la CEG no podrá aportar a los bancos las cuentas aprobadas de 2014, 2015 ni el presupuesto de 2016. Y, por si la dificultad no era suficiente, está el expediente de devolución que ha cursado el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), que reclama a la confederación empresarial casi 649.000 euros por el incumplimiento parcial del convenio Pexga en los últimos dos años y medio (antes de la llegada de Dieter Moure). La CEG tiene menos de un mes para presentar un recurso de reposición y menos de 60 días para ganar tiempo con un contencioso-administrativo, para lo cual también debe consignar 648.000 euros.
Un inmenso nudo que no se deshace con los diez despidos previstos (cinco a corto plazo y otros tantos a final de año) ni con la presencia de patronales provinciales críticas con el patrón de la institución en los despachos de las entidades financieras. "Dentro de su equipo ya escucha que lo mejor es el concurso y que los despidos los asuma el Fogasa", admite un empresario, que reconoce que las entidades no dispondrán tampoco de un "plan de viabilidad" consensuado. Por el momento Dieter Moure no ha echado de menos la figura de tesorero y contador (no pudo nombrarlos en las tres veces que lo intentó) y parece que ha calmado los ánimos de parte del sector crítico sobre la reforma de los estatutos, que reducirá el peso de las sectoriales en la asamblea.
Porque el único modo de validar las cuentas de 2014 y 2015 es llevarlas a la junta general, y ni siquiera podría convocarla si hay desacuerdo acerca de cómo y cuándo actualizar el censo, que se ha elaborado de forma incorrecta en los últimos años. Solo en el presupuesto, el único balance elaborado por Moure desde su llegada a la presidencia, reconoce un déficit de liquidez de 500.000 euros hasta final de año. Eso sí, sin la multa del Pexga.
