La dirección y la mayoría sindical de UGT, CC OO y CGT firmaron ayer tras una maratoniana reunión que duró 15 horas y arbitrada por la Inspección de Trabajo un preacuerdo de convenio colectivo para despejar la llegada de un nuevo proyecto a la planta de Asientos de Galicia en Valadares. El texto, que será sometido mañana al visto bueno de la plantilla, asegura el 100% del empleo indefinido y que todo lo que PSA-Vigo adjudique a Faurecia de asientos se industrialice en estas instalaciones. El nuevo convenio tiene una vigencia de cinco años (2016-2020) e incluye ajustes en materia económica de carácter temporal que se recuperarían en 2019 y 2020, según el documento, al que ha tenido acceso FARO.

Empresa y sindicatos retomaron la negociación a las 18.00 horas del viernes a instancias del AGA y con la mediación de la Inspección de Trabajo, después de que a lo largo de más de una docena de reuniones desde principios de año fuese imposible llegar a un entendimiento. La dirección de Asientos había planteado una serie de medidas de competitividad cuyo objetivo era asegurar la llegada de un proyecto nuevo al centro, sobre todo tras la pérdida de los asientos del K9 (la próxima generación de furgonetas de PSA y Opel) a manos del grupo Antolín Vigo. Sin un nuevo coche, esgrimía la empresa, Asientos sería incapaz de sostener su actual estructura laboral (unos 380 trabajadores).

La postura del comité (4 de UGT, 3 de CC OO, 3 de CGT, 2 de CIG y 1 de CUT), por su parte, era que los empleados ya habían sufrido demasiados recortes y pérdidas de derechos en los últimos años y que el fracaso del K9 fue única y exclusivamente responsabilidad de la dirección de Valadares, por lo que no iban a consentir ningún ajuste más. Esto provocó que la empresa diese por finalizada la negociación el lunes de la semana pasada, un día antes de que dos responsables de compras de PSA visitasen las instalaciones para evaluarlas de cara a su participación en el próximo coche al que aspira la factoría de Balaídos.

La reunión con la Inspección vino precedida por la urgencia de la empresa, que tiene hasta el próximo martes para presentar una oferta a PSA. El encuentro, que comenzó a las 18.00 horas del viernes, finalizó ayer pasadas las 10.00 con un preacuerdo que no firmaron CIG y CUT, y cuyo contenido se resume a continuación.

| Carga de trabajo. Faurecia se compromete a que todo lo que PSA-Vigo adjudique al grupo en asientos se haga en Valadares (tiene plantas en Portugal), en alusión al proyecto por el que puja Balaídos, que garantizaría la plena ocupación de la plantilla una vez el vehículo inicie su producción en serie.

| Empleo. La empresa garantiza el mantenimiento del 100% del empleo fijo y que el personal que se pueda ver afectado por un expediente temporal desde que finalice la producción de los asientos de las actuales furgonetas (2018) y hasta la entrada de un nuevo coche tendrá asegurado el 85% del salario sobre la base reguladora.

| Salarios. En materia salarial, Faurecia abonará 400 euros de incremento lineal no consolidable para cada año del bienio 2016-2017. En 2018, el año más complicado para la actividad del centro, se suspenderán dos conceptos que supondrán una merma de 1.740 euros en la nómina anual de los trabajadores, aunque esa cuantía se recuperaría entre 2019 (740 euros) y 2020 (1.000 euros). En 2019, las tablas salariales se actualizarían con los IPC de 2016, 2017 y 2018, y en 2020, con el IPC del año 2019.

| Nuevos contratos. El personal de nueva incorporación verá suspendida la aplicación de los conceptos que excedan el sueldo base (21.000 euros) entre el 30 de junio de 2017 y el 31 de diciembre de 2020. A partir de ese momento, se volvería a la situación de partida con los incrementos incluidos. La categoría de peón desaparecería y el nivel más bajo será especialista.

En la reunión participaron el responsable de Recursos Humanos de Faurecia en España, Javier Esteban, así como otros directivos del departamento y Valadares. La mediación corrió a cargo del jefe de la Inspección de Trabajo, José María Casas de Ron. Mañana habrá asambleas informativas y se organizará un referendo para que los trabajadores de la planta decidan si se aceptan o no el preacuerdo, justo un día antes de que expire el plazo para que Faurecia presente su oferta a PSA.