Nueva Pescanova inicia hoy la negociación del convenio colectivo en seis centros de producción de Galicia, integrados ya bajo la sociedad Pescanova España SL, y donde trabajan más de 700 trabajadores. Se trata de las factorías antes designadas como Frivipesca, Frinova, Bajamar (ahora son las plantas industriales de Chapela, Porriño y Arteixo), la división de frío (antes Frigodis, con empleados en Chapela y Porriño) y la parte administrativa. Los representantes sindicales auguran una "negociación dura" con José Fafián como "hombre fuerte" de la empresa -es el responsable de las plantas españolas del holding- y, pese a sus temores, desde la compañía aseguran que no plantearán que sus empleados pasen de tener un convenio propio a estar regidos por el de elaborados, con salarios más bajos.

La máxima del consejero delegado, Ignacio González, es la búsqueda de la competitividad en los centros fabriles, algunos de los cuales han perdido fuelle por la presión de sociedades de la competencia como Pereira, Fandicosta o Mascato. Estas empresas aplican, por cierto, este convenio general de elaborados. Por lo que apuesta Nueva Pescanova es por la flexibilización del horario laboral y la creación de nuevas categorías entre sus empleados para adaptarse a los picos de producción y rebajar costes en nuevas incorporaciones.

Las últimas medidas en materia laboral adoptadas por la compañía fueron la congelación de salarios en el grupo, el cierre de la filial andaluza (Acuinova SL) y la puesta en marcha de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en la antigua Frinova, que nunca se llegó a ejecutar. En aquel momento el responsable de la fábrica, Santiago Gómara, explicó que la firma había perdido grandes clientes como Lidl o Dia por la presión de la competencia, capaz de ofrecer sus productos a un precio inferior al tener unos costes laborales menos elevados que Pescanova. Al margen de esto, nada se ha movido en Chapela desde la marcha de Manuel Fernández de Sousa y parte de su antigua cúpula, que fue saliendo poco a poco de la nómina de la multinacional.

Sin convenio único

Lo que han dejado claro fuentes de la compañía es que el reclamo de sindicatos como CC OO o UGT de negociar un único convenio para todos los centros de Pescanova España no prosperará. En la compañía entienden que cada factoría se dedica a procesos muy diversos -surimi, precocinados con rebozado, pizzas, transporte frigorífico o administración- y que los lugares de trabajo están también dispersos. En la CIG ya daban ayer por hecho que no se iba a poder negociar el que podría ser el primer convenio unificado de grupo de Pescanova desde su fundación.

Precisamente el sindicato nacionalista advirtió ayer que no aceptarán ninguna merma en las condiciones económicas y sociales de la plantilla que se presenten "bajo el paraguas de la competitividad", y recordaron a la dirección que los trabajadores respaldaron la continuidad de Pescanova cuando su viabilidad estuvo en peligro. "La masa salarial no provocó el concurso de Pescanova", expuso Dores Martínez. "El pago a este comportamiento no puede ser un nuevo recorte".

Quien no formará parte del equipo negociador del convenio por parte de Nueva Pescanova será la consejera Elena Salgado. El presidente del holding, Jacobo González-Robatto, había anunciado su participación al haber negociado "más de 200 convenios colectivos". "Se ocupará el equipo de Chapela", indicaron ayer desde el grupo a FARO, aunque no se descarta que pueda asesorar durante el proceso para asuntos puntuales.