El nuevo plan industrial del centro de Vigo del grupo PSA contempla una inversión de 391,91 millones de euros hasta 2020 en la preparación de las instalaciones para acoger dos nuevos lanzamientos -el K9 y un segundo proyecto, todavía en liza- y la introducción de procesos innovadores asociados a la Factoría 4.0, según el documento, al que ha tenido acceso FARO. Los talleres de embutición, ferraje y pintura acaparan el grueso de las inversiones, cuyo año más álgido será 2017, con 152,86 millones de euros. Sobre el nuevo coche por el que compite Balaídos, el documento avanza que incorporará una serie de características técnicas y funcionales que lo harán "sustancialmente diferente a cualquier otro vehículo actual" y precisa que su producción comenzaría en 2019, un año después del lanzamiento de las nuevas furgonetas (K9).
Ese paquete de 391,91 millones de euros se ciñe a la inversión en las instalaciones viguesas, sin incluir la parte de desarrollo que suele llevarse a cabo en los centros de innovación que la multinacional que preside Carlos Tavares tiene en Francia. El director de PSA-Vigo, Yann Martin, había cifrado el coste global de todos los proyectos de PSA-Vigo hasta 2020 en torno a los 600 millones de euros -incluyendo la inversión en desarrollo-, como avanzó este periódico el pasado febrero. De esos 391,91 millones, 256,31 corresponden a partidas presupuestarias relacionadas con la fabricación de los nuevos productos (plataformas y vehículos), mientras que 135,6 millones se invertirán en nuevos procesos sostenibles y ergonómicos asociados al concepto de la Fábrica del Futuro.
El mayor esfuerzo inversor se realizará el próximo año, con 152,8 millones de euros, según el documento. En 2015 la partida ascendía a 10,7 millones, este año, a 78,4, en 2018, a 53,6, en 2019, a 50,6, y en 2020, a 45,5. Por talleres, la mayor cuantía está destinada a Pintura, con 99 millones de euros (91 millones en nuevos procesos y 8 millones para los lanzamientos), lo que dará a esta unidad una mayor versatilidad para adaptarse a la cada vez mayor personalización de colores que exigen los clientes, a la vez que evitará que se puedan formar cuellos de botella en situaciones de alta producción. A Pintura le siguen Embutición, con 86 millones de euros, Ferraje, con 74 millones, Montaje, con 35 millones, y Logística, con 36 millones. Otras partidas presupuestarias se destinarán a equipamientos auxiliares y de servicio de la factoría (40,3 millones).
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El plan industrial comprende dos proyectos específicos: por una parte, la compra e implantación de todas aquellas inversiones industriales innovadoras necesarias para la fabricación de los nuevos vehículos y plataformas que quieren lanzarse al mercado, y por otro, la realización de todas las actividades de innovación "imprescindibles para llegar a desarrollar los nuevos productos" que se lanzarán al mercado en el periodo 2014-2020 y de los "nuevos procesos asociados y encaminados a transformar el centro de PSA en Vigo en una fábrica del futuro". El documento alude al proyecto K9 (la próxima generación de vehículos comerciales ligeros de las marcas Peugeot, Citroën y Opel), que comenzará su producción en 2018, y al nuevo lanzamiento por el que puja Balaídos, que arrancaría su producción "en 2019". Sobre este último proyecto, el plan preveía que el grupo resolviese la adjudicación "durante el primer trimestre de 2016", aunque finalmente la decisión se ha retrasado.
No obstante, fuentes del sector esperan la confirmación del proyecto este mes o el siguiente. La planta destaca que el conocimiento atesorado en los anteriores proyectos le ha permitido optar a este plan industrial, pero reconoce que es "obvio" que el resto de fábricas del grupo, en concreto las de Trnava (Eslovaquia) o incluso el futuro centro de Marruecos, podrán posicionarse para optar al lanzamiento de los nuevos productos y con ello a los proyectos de inversión industrial y desarrollo de producto y proceso que lo integran. PSA destaca a mayores que de confirmarse los dos lanzamientos se estabilizaría la situación de la planta y del sector a medio y largo plazo, con un importante impulso a la innovación y el desarrollo de componentes.
El proyecto urgente de Zona Franca tras la anulación del Plan Xeral da encaje urbanístico a las 11 naves afectadas
- Zona Franca tramita ya ante la Xunta el proyecto para dar cobertura urbanística y jurídica a las obras ejecutadas dentro del plan de modernización de la factoría que quedaron sin soporte al anular el Tribunal Supremo el Plan Xeral de Vigo. La sentencia de la alta instancia judicial afecta a ocho naves de nueva construcción en el polígono, tres reformadas o ampliadas, la subestación eléctrica prevista para GKN, la reordenación de la circulación interior, y los accesos al recinto."Estas actuaciones han de considerarse como un todo porque todas son imprescindibles", recoge el propio documento confeccionado por el Consorcio y entregado a la Xunta, que lo ha remitido al Concello para que lo exponga al público y emita su informe. El encaje es posible con arreglo a la ley de medidas urgentes para proyectos de excepcional interés aprobada en el Parlamento gallego en febrero, precisamente con el objetivo central de paliar los daños de la sentencia que tumbó el Plan Xeral vigués sobre proyectos estratégicos de la ciudad.Zona Franca destaca que "la importancia de PSA en el desarrollo socioeconómico de Galicia está fuera de toda duda" y recuerda también la importante dependencia de la industria auxiliar que orbita en torno a la planta. El Consorcio subraya en el proyecto que "para que el engranaje funcione no puede fallar, bajo ningún concepto, la actividad en el recinto de Balaídos".El urbanismo de Vigo ha pasado a regirse por el Plan Xeral de 1993, en el que no encajan en conjunto las nuevas infraestructuras del plan de modernización, ni por edificabilidad, ni por ocupación del espacio físico, ni por altura. Las actuaciones suman 43.463 metros cuadrados de superficie cubierta, lo que deja el total edificado en 517.338 m2, el 61% del polígono, cuando el límite en el PXOM'93 es del 50%.La altura máxima fijada se sitúa ahora en 10 metros, mientras que la nave G (ya terminada, para zona de recepción y clasificación de mercancías y preparación de la distribución de piezas al borde de línea) alcanza los 23,2; y la H (en construcción para parking con 1.200 plazas y logística) supera los 18. Otras cinco naves también exceden el máximo establecido. En conjunto, la altura media es de 11,45 metros, superior a los 10 que fija la norma.
