La polémica en Francia en torno a la retribución que percibió el año pasado el presidente del grupo automovilístico PSA Peugeot Citroën sigue viva. Ayer, el ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, recogía el testigo de su homólogo de Finanzas y criticaba de nuevo los 5,2 millones de euros que cobró Carlos Tavares en 2015 (entre salario fijo, compensaciones por objetivos y acciones en bolsa). "Carlos Tavares se equivoca al hacer abstracción de la sensibilidad de los franceses sobre este tema. Debería reflexionar más", aseguró. El patrón de PSA salió al paso de las críticas argumentando que él no elige su salario y que éste ha sido refrendado por el consejo de vigilancia de la multinacional gala.

Macron, en declaraciones a Le Parisien, hizo hincapié en la regla que aplica el Gobierno a todas las empresas en las que participa el Estado francés, como PSA (donde controla el 14% del accionariado): "Votar contra los niveles de remuneración excesivos como éste". Y aunque reconoció que el actual número uno del fabricante automovilístico galo "es un buen directivo, que está solventando con éxito la transición de la empresa", le lanzó una recomendación: "Al final, creo que la responsabilidad y la ética no se solucionan con la ley, sino con el ejemplo que se da".

Tavares aprovechó la presentación de los nuevos Citroën Jumpy y Peugeot Expert para recordar que se le encomendó una misión, "recuperar PSA", y que "está hecho". "Ahora tenemos que seguir adelante", afirmó.