Iberdrola apagó a las 16:00 horas ayer la central térmica de carbón Longannet, ubicada en Escocia. Con una capacidad de generación de 2.400 megavatios de potencia y en funcionamiento desde 1972, era su mayor instalación energética en el mundo. Ahora la compañía que preside Ignacio Galán reduce a un 2% su producción energética a base de carbón. Iberdrola había provisionado 230 millones de euros en las cuentas de 2015 para asumir el coste del cierre de Longannet, una infraestructura que dejó de ser competitiva por las tasas ambientales y el elevado coste del transporte de la energía desde la localidad escocesa.

El cierre de Longannet"representa el final de una era" para el esquema de producción eléctrica en Escocia, según la filial escocesa de Iberdrola, ScottishPower. "Incluso en el último invierno Longannet fue determinante para generar la electricidad que necesita Escocia y produjo energía suficiente como para abastecer al 25% de los hogares escoceses", destacó la firma en una nota. En sus 46 años de vida -originariamente se diseñó para que durara solo 25- Longannet consumió 177 millones de toneladas de carbón.