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El valor de la empresa

Los viejos socios de Pescanova reavivan la batalla con el G7

La antigua matriz asegura que el crédito "supersenior" de la banca ha dejado a cero el patrimonio de la firma -No descarta impugnar la activación de esta línea de circulante

Entrada a las instalaciones de la multinacional pesquera viguesa Pescanova en Chapela. // Jorge Santomé

Pescanova Sociedad Anónima, antigua matriz de la multinacional y máxima accionista del nuevo holding pesquero con el 20% del capital, ha reformulado sus cuentas anuales para comunicar que la activación de un crédito de 125 millones en favor de la compañía ha devorado su patrimonio al 100% y, en consecuencia, que la tercera empresa del sector en Europa no vale nada. Así lo zanjó en una comunicación remitida este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y difundida ayer, en la que rebaja de 69.679.000 euros el valor de Nueva Pescanova -firma que heredó su negocio- a "cero euros". Eso sí, lo ha hecho en una declaración que corrige unas cuentas "provisionales" de 2015 ya que en su balance no hay cambios: mismo resultado (68,5 millones) y mismo patrimonio neto (790.000 euros).

Dicho de otro modo, el impacto de este crédito es una "opinión" de los administradores de Pescanova SA ya que el holding no ha difundido sus cuentas y se ignora de momento cómo afecta esta línea de financiación a su balance. Los antiguos accionistas creen que diluye todo el valor de la empresa, pero solo es una "estimación", como reconocen a la propia CNMV.

Sea como fuere, la tregua entre los antiguos accionistas y los principales acreedores bancarios (el G7, dueño del 62% del capital) ha durado solo dos semanas, ya que en la asamblea de febrero el consejero Fernando Herce se encargó de comunicar a la banca su frontal desacuerdo con esta línea de financiación. La razón por la que Pescanova SA hace una estimación tan negativa es porque entregaron al G7 una pesquera con un patrimonio de unos 70 millones y calculan que el crédito tendrá un impacto superior ya que conlleva un sobrecoste de 300 millones de euros. Por cada euro que utilice Nueva Pescanova de esta hucha tendrá que devolver 2,4 euros adicionales, que se convertirán en un crédito adicional subordinado. El supersenior tiene además un tipo de interés del 15% anual, tres veces superior al que utilizaba Pescanova antes de la llegada de la banca. Como avanzó FARO el G7 diseñó esta vía de liquidez para convencer a los acreedores de que apoyaran el rescate de las diez filiales españolas cuyos convenios se votaban en mayo de 2015. Una especie de contraprestación por las quitas, que pasaron de 1.860 millones a 1.560.

Para los antiguos accionistas hay tres razones de base para rechazar este crédito: no era necesario (la empresa estaba funcionando con líneas de liquidez muy inferiores, de 40 millones, hasta junio del año pasado), es demasiado caro (el 15% triplica los intereses que abonaba la empresa por circulante, de una media del 5%, incluso durante el concurso) y "esconde un interés de la banca" de hacer caja a costa de la compañía. A 29 de diciembre Nueva Pescanova había utilizado 83,44 millones y, pese a que ya dispone de los otros 41,5 -como publicó ayer FARO-, no tiene previsto utilizar el resto a medio plazo. Pero esta tensión de idas y venidas entre antiguos socios, acreedores y nuevos accionistas mayoritarios va a seguir latente en las próximas semanas, ya que Nueva Pescanova deberá presentar cuentas anuales a finales de marzo y será entonces cuando realmente sea público cómo afecta este crédito a su balance.

Además la vieja Pescanova celebra una asamblea general antes del 31 de mayo, y ahí consultará con sus socios si impugna o no la activación del supersenior (aunque otras decisiones las tomó sin esa consulta, como la designación de los dos consejeros en el holding). Cuando la multinacional presente sus cuentas, Pescanova SA reformulará de nuevo, casi con seguridad, las suyas. Y serán las terceras que presente en menos de tres meses.

Sousa recurre la nueva fianza por "partidas indebidas y errores"

  • El expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa ha presentado un escrito en el que solicita al juez José de la Mata que replantee el auto del 11 de marzo, en el que exigía al empresario y otros nueve exdirectivos una fianza civil solidaria de casi 118 millones. Sousa ha advertido "graves errores" en dicha resolución, entre ellas la confusión del magistrado al confundir 43.949 euros de un inversor con casi 44 millones, y considera que son deficiencias que "exceden de meros errores de cálculo". Los representantes legales de Sousa llegan a dirigirse en parte a De la Mata por estos errores: "Con todos los respetos, los cálculos se han hecho de forma apresurada y poco meditada.Para el expresidente de la pesquera es más grave el prejuicio que asegura haber sufrido Golden Limit (Iberfomento, del exconsejero José Antonio Pérez-Nievas, también imputado). Según el auto del día 11 esta sociedad habría perdido 20 millones de euros por invertir en Pescanova cuando, según Sousa, en enero de 2014 esta cantidad apenas superaba los cuatro millones. Iberfomento habría añadido como dinero estafado su inversión en la empresa en 2005 y 2006, años de los que no hay ninguna sospecha sobre sus estados contables. Sousa señala además la condición de imputado de Pérez-Nievas: "No parece procedente que quienes soportan una imputación semejante se postulen como perjudicados".Por último, rechaza que el banco italiano UBI haya sufrido un quebrando de más de 18 millones de euros y señala que hay tres perjudicados que aparecen por partida doble en el listado, que asciende a 170 personas físicas y jurídicas.

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