UGT abre una nueva era con José María Álvarez al frente. El sucesor de Cándido Méndez obtuvo el 51,1% de los votos de los 599 delegados frente al 48,2% de Miguel Ángel Cilleros. La diferencia fue de solo 17 sufragios, suficiente pese las reticencias que había sembrado su antecesor en el cargo al incidir en el apoyo de Álvarez al derecho a decidir de Cataluña. "UGT es la primera organización estatal donde la catalanofobia no funciona", señaló satisfecho el nuevo secretario general. En su primer mensaje como líder de la central reclamó a los partidos de izquierda "que se dejen de tonterías y se pongan a trabajar"con el objetivo de solventar los problemas de los ciudadanos y derogar la reforma laboral.

El discurso en clave interna ahondó en lograr mayor participación pero sobre todo transparencia que restituya al sindicato su credibilidad. "No se puede continuar con el actual sistema", dijo Álvarez, quien avanzó que una de las ideas que baraja es que cualquier acuerdo confederal "importante y transcendente" se someta al referendo de los delegados. Álvarez también exigió una organización transparente, "que dé a conocer todo aquello que hace, por qué lo hace y que dé explicaciones de cómo usa los recursos públicos".

"No es capricho que se derogue reforma laboral, lo podemos hacer", manifestó Álvarez, para abogar a continuación por restablecer el "equilibrio" por la vía de la derogación y apelar a la mayoría parlamentaria para que "hable de las cuestiones que más importan". El nuevo líder de UGT expuso que solo le importan "relativamente" los pactos de Gobiernos, porque lo que le verdad le gustaría es que "esa mayoría de izquierdas que hay en el parlamento español dé una respuesta a problemas de los ciudadanos". "Que se dejen de tonterías, que se pongan a trabajar. Que nos solventen los problemas porque hay mayoría de izquierdas que se ha comprometido a hacerlo", enfatizó.

El nuevo secretario general de UGT, que hasta ayer ocupaba ese cargo en Cataluña, destacó las dificultades por las que atraviesa el sindicato, que ha perdido afiliados, y acusó a los poderes empresariales de menoscabar la organización. "El sindicalismo ha sido maltratado, porque el capital, los poderosos, saben que para arrebatar nuestros derechos primero tienen que acabar con el instrumento que los ha conseguido: las organizaciones sindicales", afirmó Álvarez, que destacó la existencia de "campañas para criminalizar" a los sindicatos. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, envió un telegrama al dirigente sindical para felicitarle por la victoria y emplazarle a retomar un clima de entendimiento.