Las entidades financieras han empezado a tomar medidas para evitar que el continuado descenso del euríbor acabe obligándolas a pagar intereses a sus clientes por las hipotecas que les han concedido, una situación que consideran "absurda" pero que está más cerca de ser realidad desde que este indicador entró en terreno negativo el mes pasado, cuando cerró en el -0,008%. Ante la imposibilidad de cambiar las condiciones de los préstamos que ya están firmados -en los que el sector asume que habrá reclamaciones judiciales si los tipos sigue cayendo-, de momento han optado por asegurarse de que las cosas quedan claras en los nuevos créditos que otorgan, en los que se empiezan a incluir cláusulas para especificar que, aunque el descenso del euríbor se coma todo el diferencial, el interés será como mínimo de cero. Es decir, que en ningún caso será la entidad la que pague al cliente.

Desde la Asociación Hipotecaria Española señalan que, en realidad, "lo que se hace es adaptar el redactado de los préstamos a una situación que hasta ahora nunca se había producido -que el euríbor se situara en negativo- y que, por tanto, no se contemplaba en los contratos", según explica su gerente, Lorena Mullor. Es lo que hace desde hace ya algunos meses, por ejemplo, CaixaBank, que ha cambiado el articulado de sus hipotecas para aclarar que, como mínimo, el cliente deberá devolver la totalidad del importe que ha solicitado prestado (si se aplicara un tipo negativo éste sería menor).

También desde el Banco Popular han confirmado que estudian la fórmula jurídica para establecer en sus hipotecas esta misma circunstancia, al igual que en Liberbank y otras entidades regionales surgidas de las antiguas cajas de ahorros. «En definitiva, se trata de que quede constancia de que es una operación onerosa, en la que el banco debe obtener una remuneración por el servicio que ofrece, y que el cliente es el que paga por ella», explica Mullor.

Tipo inicial

Por el momento, BBVA, Bankia, Sabadell o Santander aseguran que no han tomado ninguna decisión en este mismo sentido, aunque esto no significa que no hayan adoptado otras estrategias con la misma finalidad de protegerse de esta caída de los tipos de interés, provocada por la decisión del Banco Central Europeo de cobrar a las entidades por guardarles sus fondos para estimular que den más créditos. Así, por ejemplo, el banco presidido por Ana Botín ha optado por mantener en sus hipotecas un tipo más elevado durante los dos primeros años de vigencia del préstamo, con la perspectiva de que a partir de entonces el euríbor habrá empezado ya a remontar.

Otra opción es la de potenciar la venta de hipotecas a tipo fijo, hasta ahora una rareza en el mercado español aunque bastante más frecuente en el resto de Europa. De esta forma, el cliente se protege de futuras subidas del euríbor y la entidad se garantiza en cobro de intereses durante toda la vida del crédito y se evitan problemas. El Sabadell es uno de los bancos que con más fuerza está apostando por los préstamos a tipo fijo hasta el punto de que el año pasado casi el 40% de los que concedió en su territorial Este -Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares- ya fueron bajo esta modalidad.

También Bankia o BBVA han mejorado recientemente las condiciones de sus hipotecas a tipo fijo, aunque tratan de desvincularlo del hecho de que el euríbor haya entrado en negativo y lo atribuyen a «la mayor demanda».

Préstamos vigentes

Donde no tienen posibilidad de actuación las entidades es con las hipotecas concedidas con anterioridad, ya que se necesitaría el acuerdo entre el cliente y el banco para incluir una nueva cláusula y, además, habría que registrarlo ante notario, lo que conlleva nuevos gastos. Aún así, desde la Asociación Hipotecaria aseguran que, aunque no se recoja explícitamente, en el contrato de un préstamo ya se deduce que es el cliente el que debe abonar intereses, "de lo contrario, sería cambiar la naturaleza del producto", insiste Lorena Mullor. En cualquier caso, señala que aún queda camino hasta que el euríbor caiga lo suficiente para afectar a un número significativo de hipotecas ya que la mayoría de diferenciales pactados antes de la crisis se situaban entre el 0,5% y el 1%, mientras que el indicador se sitúaba ayer en el -0,028%, aún muy lejos de esa cifra.