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La industria naval gallega

Nodosa arranca la construcción del primer arrastrero de capital vigués en una década

El astillero de Marín inicia el corte de chapa del pesquero, que tendrá 63,7 metros de eslora por 12 de manga y se dedicará a la captura de calamar en aguas de Malvinas

El astillero del grupo Nodosa en Marín comenzó la semana pasada el corte de chapa del que será el primer buque arrastrero congelador de capital vigués que se construye en Galicia en más de diez años, como avanzó FARO el pasado enero. Se trata de un barco de 63,7 metros de eslora para una sociedad mixta hispano-británica que lo destinará a la captura de calamar en el caladero de Malvinas. El contrato, cerrado a comienzos de año, apuntala la cartera de pedidos de la división naval de Nodosa, en la que figuran un palangrero también para Malvinas, otro arrastrero para el Mar del Norte y un remolcador para Marín. La construcción del nuevo barco tendrá una duración estimada de 18 meses.

La firma del contrato puso fin a más de dos años y medio de trabajo y negociaciones entre el astillero marinense y la empresa armadora vinculada a los Fontán.

El barco tendrá 63,7 metros de eslora por 12 de manga e incorporará los últimos avances en eficiencia energética, comunicaciones y navegación, confort de la tripulación, volumen de capturas, capacidad de congelación, optimización de la maniobra de pesca, velocidad de crucero y operativa, y respeto medioambiental. El diseño fue concebido y desarrollado por el equipo técnico del astillero siguiendo las recomendaciones y necesidades del armador, que atesora años de experiencia en el caladero de las islas Falkland. El barco se especializará en la captura de calamar.

El contrato ha representado un hito para los astilleros de las rías de Vigo y Pontevedra porque hacía una década que no se construía un barco arrastrero para la flota gallega en Malvinas, cuya antigüedad media supera ampliamente los treinta años (el último arrastrero hecho en Vigo fue el Playa Pesmar Dos, en Freire, y en Marín, el Río Caxil, en 2005). Desde la factoría naval consideran el pedido como un "paso esperanzador" de cara a la renovación de esta escuadra pesquera, compuesta por más de una veintena de buques. En los últimos años, armadores de sociedades mixtas han reclamado en numerosas ocasiones subvenciones y financiación para renovar la flota que opera en este y otros caladeros de terceros países, hasta la fecha sin éxito.

En 2011 incluso se había firmado un acuerdo entre Aclunaga (el clúster del naval gallego) y cuatro astilleros (Nodosa, Freire, Armón Vigo y Valiña) para construir siete buques prototipo para caladeros americanos (Malvinas, Chile, Argentina, etc.) y africanos (Namibia, Sudáfrica, etc.), un proyecto liderado por Acemix, la Asociación de Empresas Comunitarias en Sociedades Mixtas de Pesca, en la que participan unas 40 firmas con más de setenta barcos que capturan más de 200.000 toneladas al año y proporcionan empleo directo a 5.210 personas. Esta iniciativa no llegó a cuajar por falta de financiación.

El retorno de los pesqueros

El nuevo contrato de Nodosa evidencia el peso cada vez mayor que la pesca ha vuelto a ejercer en la construcción naval gallega. En la actualidad, tres astilleros de las rías de Vigo y Ferrol están trabajando en buques de pesca: Freire, con un congelador arrastrero para Noruega, a punto de ser entregado; Armón Vigo, con un macicero para la flota atunera de Albacora, y Nodosa, con los dos arrastreros y el palangrero para Malvinas. También en Moaña se está construyendo un pincheiro de Gran Sol para un armador de Cangas. El segmento de los pesqueros ha permitido que factorías como Armón Vigo en Galicia o Armón Gijón (Asturias) y Zamakona (País Vasco) capeasen la crisis con mayor facilidad que los grandes astilleros, volcados en los buques offshore.

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