A la parálisis que sufre la industria offshore de hidrocarburos por la caída del precio del petróleo, que prácticamente ha suspendido el encargo de buques asociados a esta actividad, se suma la devaluación de la corona noruega, que está provocando que los astilleros nórdicos tiren aún más los precios del mercado, según explicaron a FARO fuentes del sector. Esa devaluación permite a las factorías noruegas, tan afamadas como las gallegas por sus ratios de calidad y eficiencia, ser muy competitivas en precio, con la ventaja de que los armadores pueden llegar a financiar hasta el 80% de los barcos en este país a través de diversas ayudas a la construcción naval y a la compra de equipos tecnológicos de fabricación local.

"Esta situación les está permitiendo competir incluso con países low-cost como Turquía, al ser más eficientes", señalaron las mismas fuentes. Esta combinación de factores hace que en la actualidad resulte casi imposible para los astilleros gallegos contratar buques vinculados a la exploración y explotación de hidrocarburos (los últimos fueron los floteles ya en fase de armamento en Hijos de J. Barreras y Navantia Ferrol), por lo que se está desviando el target hacia segmentos como los ferris, los oceanográficos, los remolcadores y los pesqueros. En este último, Rusia acaba de sacar una ley que obliga a los armadores rusos a renovar sus flotas en astilleros del país siempre que sea posible.

Los sindicatos europeos emplazaron el pasado lunes a la Comisión Europea (CE) a tomar medidas urgentes para mantener la capacidad de liderazgo del sector europeo en el ámbito del naval. Son importantes medidas como la participación del Banco Europeo de Inversión en temas como la financiación y esquemas de garantías para la construcción de buques en los astilleros, y la creación del consejo de habilidades. IndustriAll también apostó por dotar al sector de fondos de formación que mejoren la cualificación de la mano de obra de las firmas dedicadas a la construcción naval.