La Comisión Europea (CE) alertó ayer de las vulnerabilidades de la economía española y del riesgo de que se produzca "una desaceleración" de la agenda de medidas correctivas en un contexto en el que pueden empeorar los factores externos que impulsan el crecimiento. La CE señala por ello que existen "riesgos de sobreestimación" de las perspectivas de crecimiento, después de que la economía creciera el 3,2% en 2015. España puede verse afectada negativamente, señala, por una ralentización más pronunciada de algunas economías emergentes.

Bruselas alerta de que aunque el desempleo disminuyó "a un ritmo récord" el año pasado, sigue siendo el segundo más elevado de la UE, por encima del 20% de la población activa, y que la ocupación laboral "no se ha traducido en una mejora de los indicadores sociales", por lo que existe un "marcado aumento de la proporción de población en riesgo de pobreza o de exclusión social". España es aún "vulnerable a las perturbaciones", en particular, según la UE, por la elevada deuda pública y privada del país, con un altísimo nivel de pasivos externos netos. La Comisión añade el "escaso incremento de la productividad" y que los resultados en innovación e intensidad de I+D "siguen empeorando".

A Bruselas le inquieta el déficit comercial español, la amenaza de la corrupción (por el elevado número de casos en curso de investigación y la "ausencia de una política coherente" para la contratación pública "a todos los niveles" de Gobierno) y la excesiva inversión en el AVE (la mayor de la UE) para un "número limitado de pasajeros".