Mientras negocios de la mayoría de los sectores se vieron obligados a cerrar sus puertas al no soportar los efectos de la crisis, con los talleres mecánicos ocurrió lo contrario. Es fácil encontrar un lugar a donde llevar a reparar el coche. Pero no todos son legales y esta competencia desleal provoca que los que cumplen la ley atraviesen su particular crisis y vean amenazados sus ingresos. Unos 14,8 millones de euros es el impacto económico de los talleres que operan de manera ilegal en Galicia, según los cálculos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). El sector denuncia que el repunte de estos negocios clandestinos durante la crisis hasta el punto de multiplicarse por diez ha provocado en aquellos que cumplen los requisitos legales dejen de ganar un 20% al no poder competir con los precios tan bajos ofertados por locales sin licencia que eluden el pago de impuestos.

Los empresarios del sector envían cada semana denuncias a la Guardia Civil y a la Policía Autonómica alertando de los casos que detectan y les consta que los agentes inspeccionan estos locales que funcionan sin cumplir con los requisitos del Ministerio de Industria. El secretario general de la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparación de Vehículos de Pontevedra (ATRA), José Manuel Rodríguez Simón, advierte de que pese a estos controles "los expedientes se duermen" cuando llegan a la Xunta porque la burocracia "va muy lenta". La Asociación de Empresarios del Taller de Reparación de Vehículos de A Coruña (Atreve) tiene identificados más de 80 negocios en la provincia que son "sospechosos" de realizar actividades fraudulentas. Por eso, pondrá en marcha una campaña de "detección y denuncia" de los talleres ilegales y contratarán a un detective para que verifique el fraude. En el entorno de la comarca de Vigo hay más de 150 negocios clandestinos identificados.

Denuncias

Desde la Consellería de Industria, sin embargo, señalan que el Gobierno gallego trabaja en con el sector para defender sus intereses con "una importante labor de vigilancia". En este sentido, detallan que desde enero hasta octubre del año pasado se recibieron unas 376 denuncias sobre la existencia de talleres ilegales en Galicia, lo que supone unos 37 casos al mes.

Del total de denuncias tramitadas, unas 235 -el 62%- cuentan con un expediente sancionador y 126 ya se han resuelto con sanciones que supusieron para las arcas autonómicas ingresos de 208.000 euros.

Simón aclara que es fácil detectar los negocios ilegales porque los que tienen permiso de apertura cuentan con una placa distintiva de Industria, pero advierte de que en algunos casos se trata de trabajadores de talleres o desguaces que realizan reparaciones fuera de su horario laboral y en su casa. El Ejecutivo gallego trabaja en la modificación del decreto por el que se regula la actividad de los talleres y que incluye precisamente el cambio de estructura de la placa distintiva. Las ramas de actividad -de mecánica, de electricidad y electrónica, de carrocerías y de pintura- se suman dos nuevas para "adaptarse a la nueva realidad del mercado": aire acondicionado y climatización por una parte, y autorradios y equipos de comunicación. La nueva placa reflejará la especialidad del taller y su campo parcial: neumáticos, radiadores, equipos de inyección, lunas y parabrisas, dispositivos de remolcar, tacógrafos y limitadores de velocidad.

Desde el sector avisan a los usuarios de que lo barato puede salir caro y ahorrarse dinero en la reparación puede traer graves consecuencias. Simón explica que aunque sean más económicos que los talleres legales y un consumidor se pueda ahorrar incluso la mitad en la factura, no tienen "ninguna garantía". "Por pagar la mitad después pagan el doble y como no emiten factura, los clientes no tienen a quien reclamar", señala.

Además de arriesgarse a perder el dinero si una pieza sale mal los talleres ilegales "no cuentan con el equipamiento adecuado ni con los conocimientos suficientes" para llevar a cabo las reparaciones vinculadas a la "sofisticada tecnología" de los vehículos actuales. "Pese a que no están preparados, eso no impide que abran igual un taller al margen de la ley", lamenta.