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La firma alemana que le arrebató a Faurencia los escapes de la K9 abrirá su planta en Monçao

La firma alemana ultima la localización para su nueva planta cerca de la frontera gallega

Un trabajador del Centro Tecnológico del Grupo Copo (CETEC), en las instalaciones que la multinacional viguesa tiene en Mos. // Ricardo Grobas

La firma alemana Eberspächer ha preseleccionado la zona de Monção en el norte de Portugal (frente a Salvaterra de Miño) para ubicar la planta que fabricará los sistemas de escape de la próxima generación de furgonetas que PSA Peugeot Citroën lanzará en sus factorías de Vigo y Mangualde en 2018, según indicaron a FARO fuentes del sector, que apuntaron que la multinacional germana quiere estar lo más cerca posible de la frontera con Galicia. Eberspächer se había impuesto al centro de Faurecia en O Caramuxo (Faurecia Sistemas de Escape España) el pasado noviembre en la puja por los componentes de las futuras furgonetas de Balaídos, contrato que garantizará carga de trabajo durante unos diez años. Las mismas fuentes no descartan que la secuenciación y entrega de los escapes del K9 para PSA los siga realizando Faurecia desde el polígono empresarial vigués, aunque no hay confirmación oficial.

Eberspächer cuenta con más de 65 fábricas en todo el mundo y 8.400 trabajadores y entre sus clientes están los principales fabricantes mundiales de turismos y vehículos comerciales, segmento este último en el que está muy especializado. El origen de la compañía, que ya fabricaba algunos escapes para modelos de gasolina de PSA y cuya facturación supera los 3.500 millones de euros al año, se remonta a 1865. Eberspächer confirmó a finales del año pasado la apertura de un nuevo centro de producción en Rumanía, en el parque industrial de Oradea, con una inversión de 32 millones de euros, para fabricar precisamente sistemas de escape. Y está a punto de cerrar la localización exacta de la planta que asumirá la producción de los escapes del K9 en el norte de Portugal.

Fuentes del sector apuntan a la zona de Monção como el emplazamiento seleccionado por el grupo germano, por su proximidad a la frontera con Galicia. La pérdida del K9 supuso un duro golpe en la línea de flotación del negocio de la planta viguesa de Faurecia Escapes, por el volumen de trabajo que generará este proyecto (y su duración, aproximadamente una década). A principios de enero, responsables de la dirección industrial de la multinacional francesa trasladaron al comité de empresa que ya hay comprometidos algunos proyectos nuevos y que desde el grupo se seguirá trabajando para consolidar O Caramuxo como centro multimarca, reduciendo así su dependencia de la actividad de la factoría de Balaídos, hoy por hoy su principal cliente. Esos nuevos proyectos garantizarían, según prometió entonces compañía, la continuidad de las instalaciones como fábrica de escapes y de una parte significativa de la plantilla, hoy compuesta por unos 180 trabajadores (la factoría llegó a emplear a 400 personas).

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