Nueva Pescanova ya tiene fecha para celebrar la primera junta general de accionistas desde que la banca acreedora asumió su control el pasado 26 de noviembre. Será el 25 de febrero en Chapela, según pudo saber FARO en fuentes de toda solvencia, en un cónclave que armará la estructura de gobernanza de la multinacional para emprender de forma definitiva su proyecto de refundación. Será la primera cita a la que asista Ignacio González como consejero delegado (CEO) del grupo, que se incorporó el pasado lunes a la casa. Desde finales de noviembre Nueva Pescanova ha estado comandada por un administrador único, Jacobo González-Robatto, que pasará a ser el cuarto presidente de la histórica compañía (y el segundo no ejecutivo, tras la breve etapa de Juan Manuel Urgoiti). La reunión tendrá lugar cuatro días antes del tercer aniversario del estallido de la crisis en la empresa, que solicitó el preconcurso el 1 de marzo de 2013.
La junta general tendrá el cometido de nombrar a los doce miembros del consejo de administración, uno de los cuales será el propio Robatto. En virtud de los estatutos de Nueva Pescanova, la antigua matriz -Pescanova SA- tendrá derecho a designar dos integrantes del mismo. Uno de los principales accionistas de esta sociedad aseguraba ayer a este periódico que no habían decidido a qué personas proponer o cómo efectuar la elección. "Estamos pendientes de que se convoque la junta, no sabemos si la SA va a celebrar otra para abordar esto o no". Un portavoz oficial de la empresa aseguró desconocer también las fechas programadas por la multinacional. A Nueva Pescanova, al tratarse de una sociedad limitada y como figura en sus estatutos, le basta con formalizar la convocatoria con quince días de antelación.
La vieja Pescanova es una sociedad anónima y por regla general debe anunciar la cita con un mes de plazo, si bien podría celebrarla en quince días cumpliendo una serie de requisitos: facilitar la votación por medios electrónicos a sus accionistas y haberlo dispuesto previamente por la junta general ordinaria con dos tercios de los votos favorables. Para cumplir los plazos fijados por la Ley de Sociedades de Capital y los estatutos Nueva Pescanova tendrá que comunicar la fecha del cónclave en su página web la próxima semana, y Pescanova SA -de celebrarla- complementar el aviso mediante un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
A los accionistas de la antigua matriz, que conservan el 20% de los votos en el holding pesquero -por más del 62% que suman los bancos del llamado G7 (Sabadell, Popular, Abanca, Bankia, CaixaBank, BBVA y UBI Banca)- no les gusta que el consejo tenga doce miembros, como avanzó FARO. "Es preferible que esté integrado por números impares para que, ante un eventual empate, el presidente no tenga que deshacerlo usando su voto de calidad", señala el portavoz en España de uno de los fondos de inversión del grupo. "No parece muy elegante que sea Robatto quien tenga que decantar las votaciones", si bien de inicio el G7 partirá con una mayoría inapelable (unos siete u ocho miembros). Si se cumple el reparto proporcional, el banco HSBC podrá designar un consejero y SVP Global aspiraría a otro.
Pese a la calma que reina en la empresa -todas las filiales se han reestructurado, tras el acuerdo extrajudicial alcanzado por Pescanova Brasil y los acreedores en diciembre-, el clima entre los socios mayoritarios del nuevo holding y los antiguos accionistas es poco propicio para sellar la paz. De hecho, una vez que la gestión está en manos expertas con el desembarco del CEO, el rol de González-Robatto será institucional y probablemente centrado en representar al G7 ante las críticas que, seguro, llegarán desde la vieja Pescanova.
