PSA Peugeot Citroën vuelve a hablar farsí. El grupo automovilístico francés aprovechó ayer la visita a París del presidente de la República Islámica de Irán, Hassan Rohani, para anunciar la creación de una sociedad conjunta con el fabricante persa Iran Khodro (IKCO) en la que se invertirán 400 millones de euros (200 millones cada socio) en cinco años para retomar la producción en el país de modelos como el sedán vigués Peugeot 301 a partir del segundo semestre de 2017, según indicó el propio patrón de PSA, Carlos Tavares. El acuerdo forma parte de los planes de expansión del constructor galo en África y Oriente Medio, que incluyen también la apertura de un nuevo centro de producción en Argelia (cuya confirmación podría producirse a finales de febrero), con el objetivo de alcanzar un volumen de ventas de un millón de vehículos al año en estas regiones en el horizonte de 2025.
Según ha podido saber FARO, estos 400 millones de euros se utilizarán para modernizar y ampliar las antiguas instalaciones de Iran Khodro en Teherán para la fabricación y el desarrollo de vehículos sobre las plataformas de PSA. A priori se producirán los modelos Peugeot 208, 2008 y 301, equipados con la última generación de motores, aunque Khodro desarrollará sus propios coches. Los primeros vehículos saldrán a la venta en el segundo semestre de 2017, para el mercado local y de exportación. El complejo arrancará su actividad con una producción de 100.000 coches al año, cifra que se duplicará con el paso del tiempo. El acuerdo, firmado apenas una semana después del levantamiento de las sanciones internacionales contra el régimen iraní, abre un nuevo capítulo para ambos socios (cuya colaboración se remonta 30 años atrás).
La multinacional francesa explicó que el mercado iraní, que había alcanzado un pico de 1,6 millones de vehículos nuevos en 2011, debería volver a ese nivel en dos años y llegar a 2 millones de coches en el horizonte de 2022. En la actualidad circulan en ese país más de 4 millones de vehículos. PSA se había retirado totalmente en 2012 de Irán (que había sido su segundo mercado en importancia tras Francia) en razón de las medidas de embargo contra el régimen por sus proyectos para dotarse del arma atómica. Pese a todo, Khodro siguió fabricando por su cuenta coches con la marca Peugeot, 350.000 anuales, que no se incluyeron en las cuentas de PSA, que no ha recibido ningún beneficio.
Carlos Tavares subrayó que "la firma de este acuerdo estratégico cierra el capítulo de las sanciones internacionales y, sobre todo, permite a PSA y a Khodro escribir una nueva página de su historia". "Nuestra ambición común es proponer a nuestros clientes fieles productos de alta tecnología para ofrecer una movilidad con los mejores estándares de confort, de seguridad y de respeto del medio ambiente", añadió.
Por su parte, el presidente de Khodro, Hashem Yekehzare, afirmó que esta colaboración servirá como una plataforma única para capitalizar las ventajas competitivas de ambas firmas, aportando escalas, tecnología y visión de futuro.
El fabricante francés prevé que los mercados de África y Oriente Medio generen un volumen de ventas conjunto de 8 millones de unidades a partir de 2025, y PSA aspira a vender un millón de coches. Además de la planta de Teherán, el grupo está trabajando en la puesta en marcha de una nueva factoría en la zona franca de Kenitra en Marruecos, que estará operativa en 2019 con una inversión de más de 500 millones de euros; cuenta con una instalación compartida con un socio industrial local en Nigeria, y ultima el proyecto de otro nuevo centro en Argelia. Esta planta se ubicaría cerca de la ciudad portuaria de Orán y su confirmación podría materializarse a finales de febrero.
