Responsables de la dirección industrial y de nuevos proyectos de la multinacional francesa Faurecia acudirán mañana a Vigo para abordar el futuro de la planta de escapes de O Caramuxo, según ha podido saber FARO. La visita se produce a petición de los miembros del comité de empresa (5 de CC OO, 3 de UGT y 1 de CIG) después de que a finales del año pasado trascendiese que la factoría gallega -con unos 200 trabajadores en plantilla- había perdido el lote completo de escapes del proyecto K9 (la siguiente generación de vehículos comerciales ligeros de PSA Peugeot Citroën) a manos de la alemana Eberspächer, que abrirá una planta en el norte de Portugal, como avanzó este diario en exclusiva.

Participarán en la reunión el director industrial de Faurecia para el Sur de Europa, el responsable de proyectos para PSA y el responsable de Recursos Humanos para el Sur de Europa y España, según fuentes sindicales. Aunque el centro de O Caramuxo es multimarca (no depende exclusivamente de la carga de trabajo de PSA-Vigo), la pérdida de las furgonetas representa un riesgo para su viabilidad, por lo que la plantilla reclama que el grupo se comprometa con el futuro de la planta con un plan industrial que recoja inversiones y la modernización de las instalaciones.

La competencia de la factoría viguesa en la puja por el K9 era doble: por una parte, otras empresas de componentes como es el caso de Eberspächer, que ya fabrica escapes para algunos modelos de gasolina de PSA; y por otra, la factoría de sistemas de escape de la propia Faurecia en el norte de Portugal, en Bragança (Faurecia Sistemas de Escape Portugal), donde la filial de PSA ha anunciado recientemente una inversión de 40 millones de euros y la creación de unos 400 puestos de empleo.

El caso de Faurecia Sistemas de Escape es similar al de Faurecia Asientos de Galicia en Valadares, que desde su instalación en Vigo a comienzos de la pasada década había fabricado siempre los asientos de las furgonetas de PSA-Vigo, y que perdió el contrato del K9 por costes frente a Antolín.

El principal proyecto al que aspiran ahora los dos centros es el nuevo vehículo por el que pelea PSA en Balaídos, cuya asignación podría producirse a principios del segundo trimestre de 2016, y en el que la planta viguesa tiene una posición "preferencial" tras la transformación sufrida con las últimas inversiones y acuerdos adoptados. Algunas fuentes sostienen que Faurecia podría haber elegido centrar sus esfuerzos en este nuevo coche frente al K9, porque a priori se espera que aporte mayor valor añadido, aunque de ser así la estrategia sería arriesgada.