El pasado mes de agosto la corporación Cargill (Minnesota), que factura cada año 120.000 millones de euros, comunicó que había llegado a un acuerdo para la compra de Ewos, especializada en la fabricación de pienso para las granjas de acuicultura. La operación tuvo un coste de 1.350 millones de euros y convirtió al grupo norteamericano en uno de los referentes mundiales para la alimentación de salmónidos (salmón y trucha). Acuinova y Nova Austral, las antiguas filiales de Pescanova en Chile, eran sus clientes. "Quien tenga el pienso controla la acuicultura", recuerda un ex directivo de la firma de Chapela, que nunca tuvo -aunque se llegó a plantear- una filial dedicada a este negocio. Ahora Cargill también ha entrado en la alimentación del langostino vannamei.

En España en el último año también se han producido operaciones que evidencian el interés de los fondos por empresas dedicadas a la alimentación. Más allá de las de Portobello, el gigante estadounidense Carlyle Group anunció el 25 de febrero a la CNMC la compra de Grupo Palacios, dedicado principalmente a la elaboración de embutidos. En el capital de la compañía riojana estaba Celin Investments y Proa Capital, empresa de capital riesgo española.

En junio Bolton Group (Italia) informó también a Competencia del acuerdo de concentración para comprar el 55% de Conservas Garavilla. Según el expediente remitido a la CNMC, el acuerdo se selló entre Bolton con Cartera de Inversiones Dularra y Lux Company SA. Garavilla, propietaria de cuatro pesqueros y cuatro centros de producción (O Grove, Vilagarcía, Ecuador y Marruecos), comercializa las marcas Isabel, Cuca y Massó. Bolton es propietaria asimismo del 40% de Calvo tras la desinversión de las antiguas cajas de ahorro. Entre las operaciones que no se han materializado está la oferta de compra de la conservera viguesa Hijos de Carlos Albo SA y de la líder española de trading de pescado, Interatlantic Fish, también de Vigo. Capital chino puja por las dos.