A finales de 2012 las granjas acuícolas asiáticas dedicadas a la cría y engorde de langostino empezaron a sufrir el Early Mortality Syndrome (EMS, o síndrome de mortalidad temprana), que redujo de forma abrupta la producción de esta especie en India, Indonesia, Malasia, Vietnam o Tailandia. El mayor productor mundial de langostino vannamei, la firma tailandesa Charoen Pokphand, sufrió un descenso de los ingresos del 31% a lo largo de 2013. Esta enfermedad se convirtió en viento de cola para el Grupo Pescanova, ya que Centroamérica -donde la firma gallega posee cinco filiales- se convirtió en un supermercado alternativo de este producto para mercados de gran demanda como el europeo o el norteamericano. Ese mismo año la facturación en el área acuícola fue de 465,8 millones, por los 451,6 de 2014. La previsión para este ejercicio es de más ventas, pero peores resultados a causa de los bajos precios y la depreciación del euro. Y Pescanova tiene que sumar un nuevo handicap para 2016: la recuperación de la competencia asiática.
Según la asociación tailandesa de productores de langostino vannamei, la Thai Shrimp Association, en 2016 la producción alcanzará las 300.000 toneladas, un 30% más que en 2013 y un 10% más que la previsión para cierre de 2015. "Prevemos que el próximo año será un año brillante para la industria tailandesa del camarón con aumentos de la producción después de que se haya eliminado totalmente la EMS", además del hecho de que los compradores "confían más en el producto tailandés que en el indio", un país que no ha erradicado totalmente la enfermedad, señaló el presidente de la asociación, Somsak Paneetatyasai, al diario local The Nation. India es el país del mundo con mayor superficie de granjas dedicadas al cultivo de esta especie.
La previsión de Pescanova para 2016 es la de alcanzar unas ventas de 1.216 millones de euros y un Ebitda de 98 millones, con la acuicultura como protagonista en cuanto al resultado bruto. Pero hasta el pasado junio el Ebitda acuícola fue de nueve millones (1,6 millones menos que el año anterior) a causa de los bajos precios y pese a un débil mercado asiático. Sobre la compañía pesa además el hecho de que no es una gran exportadora fuera de la eurozona -solo un 30% de los ingresos se pagan en dólares-, lo que sumado a la apreciación del dólar muestra una debilidad en el área comercial. Estados Unidos es el primer importador de langostino, y compra en Asia.
El administrador único de Nueva Pescanova SL, Jacobo González-Robatto ha ordenado revisar ya las proyecciones previstas en el plan de viabilidad ya que éstas no se han cumplido hasta la fecha, y ha relegado al jefe comercial del grupo, Enrique García López, fichado por el antiguo consejo en marzo.
Sin los Sousa en la hemeroteca
- La página web de Pescanova SA amaneció ayer sin rastro de la historia del grupo pesquero, que incluía el rol de los empresarios José Fernández López y Valentín Paz Andrade o las históricas mareas de buques como el Lemos, el Andrade o la reconversión del Galicia. Bajo la pestaña "quiénes somos", la web www.pescanova.com relataba todo el proceso de fundación del grupo, así como su expansión mundial, la apuesta por la acuicultura o las dificultades que encaró con la prohibición de faenar dentro de las 200 millas territoriales. Ese relato histórico ha desaparecido de la página, que ahora únicamente incluye dos sitios de referencia: accionistas y contacto.Anteriormente era posible conocer dónde estaba cada una de las filiales del grupo -tanto españolas como extranjeras-, ahora absorbidas por Nueva Pescanova SL, así como el objeto de negocio de cada una de ellas. En la web del nuevo holding, controlado por la banca acreedora, tampoco hay mención alguna a la historia de la compañía, fundada en junio de 1960. Por supuesto, toda referencia al expresidente Manuel Fernández de Sousa, hijo del fundador, ha pasado a mejor vida en internet.Pescanova SA es ahora una sociedad de cartera, no una empresa pesquera, que ha traspasado todos sus activos y pasivos a Nueva Pescanova SL, pero que aspira a cotizar a corto plazo para recuperar una firma que, por el momento, se ha quedado sin hemeroteca.
