De acuerdo a las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (Food and Agriculture Organization, FAO), en 1950 la flota española capturaba el 20% de las toneladas de los principales países pesqueros del mundo. Pero tras la directiva de las 200 millas -que obligó a la creación de empresas mixtas en África o Sudamérica- y a la incorporación a la antigua Comisión Económica Europea (CEE, en 1986), el músculo pesquero de España perdió fuerza. A día de hoy apenas llega al 5% de las capturas de las principales capturas mundiales, que capitalizan países como China, Indonesia, Perú, Chile o Noruega.

El caso chino es paradigmático. Las importaciones procedentes de este país a Galicia apenas llegan a los 30 millones de euros, pero pasó de capturar 625.600 toneladas hace 65 años a más de doce millones en 2013, un incremento del 1823,5%. En 2015, también según la FAO, tenía 513.913 buques operativos, por los 700.000 que alcanzó hace tres años. España, por contra, pasó de tener 13.331 barcos en 2006 a 9.635 en 2013, y la pretensión del Gobierno es de seguir reduciendo capacidad con el desguace de 569 barcos de aquí a 2020, como publicó FARO en exclusiva este domingo.