La industria de transformación de pescado, uno de los tres pilares de la economía de Vigo -junto la automoción y el transporte-, ha sufrido una profunda mutaciónen los últimos años. En un mercado cada vez más global, todos los grandes operadores incrementaron el pasado año tanto su facturación como las toneladas comercializadas, aunque a costa de las importaciones de materia prima procedentes de terceros países. Entre enero y septiembre de 2015, Galicia elevó un 22% el gasto en la compra de pescado del exterior, hasta superar los 1.164 millones de euros. La industria adquirió 420.516 toneladas de suministro, un 16% más que en el mismo periodo de 2014. Tanto en el coste como en la cantidad, las importaciones batieron este año el récord desde que existen registros desglosados (2010) a fin de atender la demanda y aumentar la producción. Esto, sumado a la incorporación de compañías sin flota propia y a la venta y desguace de buques, hace que la industria pesquera local sea cada vez más dependiente de los productos foráneos. 2014 fue un año récord de facturación del sector -al margen de la crisis de Pescanova-, con 2.092 millones de euros.
En la serie histórica el valor de las importaciones ha sido siempre más elevado que el de las exportaciones, en parte porque España sigue siendo el principal mercado de gran parte de las empresas (no computan como ventas al exterior). Pero el incremento de las compras y la apreciación del dólar han hecho que en 2015 el déficit comercial haya alcanzado un valor de 307 millones de euros. Esto es, la industria pesquera gastó mucho más en importar pescado del que ganó exportándolo. La última vez que Galicia gastó hasta septiembre más de 1.000 millones en importación de pescado -hasta este año, que superó esta barrera ampliamente- fue en 2012, cuando no había estallado todavía el colapso de Pescanova. El déficit comercial fue entonces de 180,7 millones. Nunca el déficit comercial había sido tan elevado como en 2015.
¿Y las exportaciones? Siguen siendo una materia pendiente de la industria de transformación pesquera, tanto porque sus productos se dirigen principalmente a los lineales de los supermercados españoles como por el hecho de que muchas empresas solo actúan como intermediarias al importar y no fabrican nada. En 2010 las exportaciones alcanzaron los 732 millones de euros, y alcanzaron su máximo histórico en 2011 (888 millones). En cinco años el valor las ventas al exterior ha crecido solo un 6%, por la subida del 36,3% de las compras.
Haz click para ampliar el gráfico
Cambio de modelo
La transformación del modelo industrial ha hecho que las empresas sean cada vez menos armadoras, lo que les permite mayor flexibilidad y menos apego territorial. Pescanova, por ejemplo, tiene una flota de casi un centenar de buques -tras perder los de Chile, Malvinas, Georgias del Sur y Australia-, pero aún así necesita importar materia prima. Lo mismo sucede con Pescapuerta o Grupo Profand, que disponen de flota propia pero que utilizan los servicios de la trader viguesa Interatlantic Fish para adquirir materia prima. Según los datos del portal especializado Alimarket, Mascato comercializó en 2014 unas 40.000 toneladas de pescado, si bien sus buques faenan en Gran Sol y en Namibia, en este caso a través del Grupo Merlus. Fandicosta, que comercializó las mismas toneladas que Mascato, no dispone de buques propios, al margen de tres de una firma argentina en la que participa como accionista (Pesquera Cruz del Sur).
Del ranking de mayores firmas del sector en Pontevedra aparecen compañías como Comercial Pernas SL (Coper), Atunlo, Hermanos Fernández Ibáñez, Europacífico, Interatlantic Fish o Pesciro, que o bien trabajan con grupos armadores (Pevaeche, en el caso de Coper) o se dedican principalmente a la comercialización de productos pesqueros, sin barcos propios. Grandes firmas como Grupo Pereira, Iberconsa o las mencionadas Pescanova, Pescapuerta o Profand sí capturan, aunque al procesar los productos en terceros países también engordan las importaciones del sector.
Por países, Argentina sigue siendo el principal proveedor de materia prima, con compras por 137 millones de euros, seguido de Portugal, Namibia (117), Marruecos (88) o Malvinas (77). Parte de las importaciones se corresponden a flota de capital gallego pero instalada en esos países, así como la necesidad de comprar productos de Portugal o Marruecos (pulpo, por ejemplo) por la escasez de cuotas o la expulsión de los cefalopoderos de Mauritania.
