La crisis económica provocó la destrucción de 1,8 millones de puestos de trabajo en año y medio, entre finales de 2008 y septiembre de 2010. En ese momento el Gobierno central -comandado por el PSOE- puso en marcha la primera reforma laboral, que consideraba que la negociación colectiva en España "dificulta la adopción de medidas de flexibilidad interna en la empresa". Hasta junio de 2012 la economía española destruyó otro millón de empleos más, y el Ejecutivo -esta vez del PP- aprobó una segunda reforma que afectaba también a la negociación colectiva. Los dos cambios normativos, tramitados como medidas "de urgencia", han provocado que en Galicia se hayan firmado en 2015 el menor número de convenios de la historia. Los empleados amparados bajo estas negociaciones se han reducido un 75% desde 2010.
Según la información facilitada por el Ministerio de Empleo, hasta el 31 de octubre el número de trabajadores gallegos afectados por un convenio colectivo -sectorial o de empresa- ascendió a 90.716, frente a los 367.735 de hace cinco años, antes de que la primera reforma de la ley entrase plenamente en vigor. De hecho el impacto de la reforma laboral fue mucho más severo en Galicia, ya que en el conjunto del Estado el número de empleados amparados bajo un convenio también descendió desde 2010, pero un 50%, 25 puntos menos en la comunidad gallega. Y lo mismo sucede con el número de acuerdos firmados. La doble modificación legal redujo un 61% el número de convenios en España, y casi un 65% en Galicia.
Según los expertos, la ley aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy fue más incisiva a la hora de modificar la negociación colectiva. "El conjunto de medidas que se formulan en este capítulo tienen como objetivo fortalecer los mecanismos de adaptación de las condiciones de trabajo a las circunstancias concretas que atraviesa la empresa", reza la norma en el artículo dedicado a los convenios. La posibilidad del "descuelgue", el fin de la ultraactividad y la priorización de los acuerdos de empresa es lo que, a juicio de los sindicatos, aboca a la negociación colectiva a la desaparición. Los datos no son halagüeños. Hasta octubre se firmaron 95 convenios de empresa (menos de la mitad que hace un año, un 70% menos que antes de la crisis, en 2007) y 27 sectoriales, justo la mitad que en todo 2014, un 73,5% menos que en 2008.
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"El objetivo final es la individualización de las relaciones laborales", condena el secretario xeral de CC OO Galicia, Xosé Manuel Sánchez Aguión, que asegura que la norma persigue "la desaparición de los sindicatos" como interlocutores entre la empresa y el trabajador. "Los convenios permiten que el valor que se genera en la empresa se reparta entre quien pone el capital dinerario y el capital humano, y si desaparecen todo el poder se queda en la contraparte", asevera. El motivo de la abrupta caída tanto de los convenios firmados como de los trabajadores afectados se debe, concluye Aguión, a que las empresas "están dilatando sin motivo" las negociaciones y las pequeñas sociedades optan por descolgarse de los acuerdos sectoriales. "Se negocia menos, en peores condiciones y, en muchos casos, ni se aplican".
