La empresa de ingeniería y energía Abengoa, que el miércoles presentó el preconcurso de acreedores, remodeló ayer su cúpula directiva en un entorno convulso en el que el mundo político se ha volcado en reclamar una solución para la compañía. El Gobierno, la oposición y la Junta de Andalucía insisten en la necesidad de lograr que el grupo sevillano salve el concurso, para lo que ponen el foco en la banca acreedora, mientras que pierde fuelle la vía de intervenir la empresa apuntada ayer por Izquierda Unida y UGT.

El torbellino en el que vive Abengoa desde hace un año, y muy especialmente en los últimos tres días, ha dinamitado su estructura directiva, que se remodela por tercera vez en los últimos seis meses. El poder ejecutivo se concentrará a partir de ahora en el presidente, José Domínguez Abascal, que asume todas las facultades permitidas por la ley solo dos meses después de ser nombrado presidente no ejecutivo, en sustitución del histórico Felipe Benjumea. También tendrá carácter ejecutivo el nuevo consejero y director general del grupo, el hasta ahora presidente de Abengoa México Joaquín Fernández de Piérola, que, no obstante, no será consejero delegado.